Epílogo.

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Min Yun.

Abrí mis ojos encontrándome con la oscuridad de la madrugada.

El frío abordó mi cuerpo desnudo al quitarme la gruesa cobija. De inmediato, observé al guapo y varonil hombre dormido que tenía a mi lado, sonrió complacida al verlo tan calmado y pacífico. Quién creería que esta linda bestia tuvo sexo rudo y salvaje durante horas antes de caer en un profundo sueño.

Me acerqué a su rostro dejando un cálido beso sobre sus labios antes de levantarme de la cama con sumo cuidado.

Tenía un objetivo en mente mientras me duchaba y planeaba como vestirme antes de salir; el objetivo de visitar el centro de detención ubicado en Seúl.

Era algo que había meditado por muchos meses, su imagen contaminaba mi mente todo el tiempo, aún podía escuchar su voz por las noches. Al caminar por la calle aún seguía sintiendo sus pasos tras de mí. Estaba pensando seriamente en mi salud mental.

Mi psiquiatra sólo podía decirme cosas que ya sabía, pero no podía darme soluciones precisas. Y eso me estaba enloqueciendo aún más.

Este sería mi último intento de recuperación, quizás enfrentar mi trauma me ayude a la superación de su existencia. Mi odio hacia él es genuino, pero mi obsesión hacia su maldad es latente, ya no podía seguir así. Gracias a el Señor Min he experimentado el verdadero amor, es por eso que debo sacar de mi mente tal pensamiento confuso que aún permanece dentro de mí al escuchar su nombre.

Al recordarlo mi corazón se vuelca por completo, pero es un sentimiento que no me deja seguir adelante. Sólo logro olvidarlo cuando estoy cerca de Min, pero cuando estoy sola vuelva a invadirme el recuerdo de su rostro, de sus manos, de su cuerpo...

Quiero olvidarte, Kim. Pero para eso, debo despedirme como se debe.

Salí de la habitación cerciorándome de no despertar a Yoongi, agradecí su sueño pesado esta vez. Salí de casa cerrando la puerta enorme de madera con cuidado.

Claramente, esta visita que iba a hacer era secreta, no podía permitir que ni siquiera Namjoon se enterara de ello.

Por un momento me detuve al frente de la mansión pensando si debería devolverme o no, era una lo cura lo que iba a hacer. Pero, cuando vi a un taxi en la distancia me decidí, ya no había vuelta atrás. Llamé al taxi y me encaminé hacia la penitenciaria más prestigiada de la capital, en donde permanecía el famoso Kim Taehyung cumpliendo su condena.

Era un hecho... Ya no podía arrepentirme.

El corazón me latía con fuerza, mis manos sudaban frío y temblaban debido a el nervio que estaba sintiendo. Respiraba hondo cada dos minutos para tratar de controlar el desenfreno de mi pecho. Había pasado mucho tiempo, no sabía cómo iba a reaccionar al estar frente a él nuevamente.

...

—Hemos llegado.

—Gracias...

Pagué el taxi y bajé rápidamente del vehículo. De inmediato vi la edificación carcelaria frente a mí, el alambrado y cercado eléctrico me recibieron con poder, rápidamente me intimidé gracias a lo sombrío del lugar.

Respiré profundo por última vez.

Vamos Yun, tu puedes... Puedes hacerlo.

El Sadismo En Mis Manos. - KTH/MYGDonde viven las historias. Descúbrelo ahora