Una mujer inocente e ingenua es vulnerable. Es presa fácil ante los ojos de un sádico; un sádico que encuentra placer y deleite al manipular, al degradar y al ejercer dolor físico.
Sí, es atemorizante, ¿no?
Pero estas personas son las encargadas d...
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⚠️Contenido explícito y sensible⚠️
Mis sentidos se habían ido por completo al sentir aquellas lamidas y mordidas contra mi cuello. Mis manos viajaban, vagabundas y temblorosas por los hombros del hombre salvaje frente a mi. Sus besos eran insaciables y urgidos. Como pude, correspondía con la misma demencia, sumergiéndome por completo en aquel exquisito sabor a vino que aún quedaba en su boca.
Pega su frente contra la mía al reírse sobre mis labios, sus ojos brillaban con lujuria al observar mi boca entre abierta. -Mírate... Ni siquiera puedes respirar correctamente. -Muerde su labio inferior, fascinado. -Quería comerme esa boquita desde esta tarde, ¿lo sabías?
Presiona su miembro contra mi, sin despegar los ojos de mi cuello enrojecido y mordisqueado. Admiraba el desastre que había hecho con mi piel, sintiendo orgullo. Su sonrisa fascinada me ponía nerviosa pero a la vez curiosa.
Forzadamente trato de pararme sobre mis pies cuando me baja al suelo, mis piernas ahora estaban débiles y algo torpes. No me dio tiempo para incorporarme correctamente, cuando toma nuevamente mi rostro con diversión. -¿Ves esa puerta, Yun? -Mueve mi rostro bruscamente con su mano, haciéndome voltear hacia una elegante puerta color caoba. -En cuanto pises esa habitación... No habrá vuelta atrás.
Vuelvo a mirarlo con duda antes de que tomara mi mano para acercarme a dicha puerta, y abrirla frente a mi. -Te recomiendo que lo hagas rápido, no quiero obligarte a nada, cielo. -Dice peinando mi cabello desde la parte de atrás. -Si me haces esperar como en la empresa, quizás... No te deje salir nunca de ahí.
El nerviosismo que estaba sintiendo en el pecho se incrementaba cada vez más al oír los pasos que daba Taehyung atrás de mi, se movía de un lado a otro con lentitud mientras sus brazos permanecían cruzados y desafiantes, detallando mi cabello, mi espalda, mi trasero, y lo que más llamaba su atención; Mis piernas.
-¿Qué... q-qué pasará si entro? -Rompo el silencio, con algo de miedo.
Obviamente sabía lo que iba a pasar, pero por alguna razón quería escucharlo, no sabía si estaba preparada.
-¿Por qué no discutimos lo que crees que pasará, en la cama? -Susurra con pesadez contra mi oído. -A lo mejor, cuando estemos ahí se te quiten las putas dudas. -El fastidio y la agresividad de su voz no me ayudaba a tranquilizar.
Mis ideas se encontraban más divididas que nunca, una parte de mi quería entrar y olvidarse del mundo que le rodeaba, pero la otra parte me advertía algo que aún desconocía.
Pero ese era el problema, ya estaba cansada de preguntarme cosas sin obtener respuestas, quería matar esa curiosidad que constantemente atormentaba mi cabeza.
Cuando me volteo para encararlo, choco torpemente contra el pecho de Kim. No me había dado cuenta de lo cerca que estaba de mi. Da unos pasos lentos hacia mi, haciéndome retroceder por inercia, mirando directamente mis ojos mientras nos adentrábamos a la espesa oscuridad de la habitación.
