XI

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Temblando como nunca debido al horrible miedo que sentía mezclado con el frío invernal y con unas enormes ganas de salir por patas fue como llegué a la enorme mansión en la que vivía Kaoru, respiré hondo, llamé al timbre y la puerta se abrió, otra vez gracias a su estúpida novia robot.

-¡Estoy en el salón!- Seguí su voz hasta llegar a la sala de estar y lo encontré sentado en una silla de madera de color negro, delante de la gran mesa de madera del comedor, que tenía encima un par de botellas de refresco, vasos desechables y una bolsa grande de patatas fritas Lays.

-Hola...-
-¿Estás bien? Estás temblando, idiota-
-Sí, todo bien- (No, no está todo bien, me he enamorado de ti cuando hasta hace nada creía odiarte, gracias por preguntar).

-Anda, siéntate- Me senté en la mesa frente a él y me serví un vaso de Coca-cola al que di un gran trago, que no logró deshacer el nudo enorme que me impedía respirar con normalidad.

-¿Qué me querías decir?-
-Llevo queriendo decirte esto por mucho tiempo, Kaoru-
-Adelante-
-Te conozco desde hace muchos años y siempre me has contado todo de ti, no quiero ser distinto-
-Déjate de rollos y suéltalo ya, gorila-
-Soy bisexual, Kaoru- El prácticamente nulo color en su rostro se desvaneció y me miró un una expresión sorprendida.

-O sea, me gustan las mujeres, pero también me gustan los hombres-
-Sé lo que es ser bisexual, gorila, no soy tan retrasado, pero es que guau... Joder, lo de Reki y Langa me lo esperaba, francamente... Hasta me esperaría que Miya saliera del armario... ¿Pero tú? Joder, gorila, nunca jamás de los jamases me lo hubiera imaginado, la verdad- Créeme, Kaoru, yo tampoco me lo hubiera imaginado jamás. Ninguno sabíamos qué decir en ese momento.

-¿Cómo te enteraste?- Porque mientras te llevaba al hospital mi corazón no latía, porque no puedo soportar la idea de que Adam te guste, porque tuve un sueño contigo...

-¿Recuerdas ese sueño que tuve...?- Él asintió, despreocupado.

-Soñé con un hombre esa noche- Soñé que tus labios calmaban mis miedos, y ahora estoy rezando para que si alguna vez llegue a pasar ninguna alarma lo detenga, pero decirte eso no es viable, así que miento,

-¿No decías que era una chica de pelo largo?-
-Mentí- Más bien lo que había hecho se trataba de una mentira a medias, porque Kaoru sí que tenía el pelo largo, aunque no fuese una mujer.

-Mira, idiota, hay muchas cosas que me joden de ti, pero definitivamente con quién te metas en la cama no es una de ellas- Volvimos a quedarnos en un silencio incómodo por unos segundos.

-Oye, gorila-
-¿Qué?-
-¿Conozco al tío con el que soñaste? ¿Lo he visto alguna vez?- Si tienes algún espejo en tu casa, probablemente lo hayas visto alguna vez.

-No, y yo tampoco lo conozco, era un hombre al azar y ya está- Mentí de nuevo, hoy estaba en racha.

-¿Soy el primero que sabe esto?- No, lo saben ya los críos que me están ayudando a pedirte salir.

-No...-
-¿Quién más lo sabe?-
-Reki, Langa y Miya-
-Que gran honor estar detrás de los críos en tu lista de prioridades- Ambos reímos por lo bajo, aunque en realidad él sea por mucho la mayor de mis prioridades.

-Es que yo fui el primero con el que Langa salió del armario, y le también ayudé a pedir salir a Reki, así que quise contárselo también, como es tonto hizo que Reki se enterara sin querer, y luego se lo conté a Miya-
-Oye, gorila, no tienes porqué salir del armario con todos ellos si no quieres, casi nadie en S sabe que soy gay-
-Simplemente no veo ningún sentido a ocultarlo- Ambos volvimos a quedarnos callados.

-Obviamente entiendo que tú únicamente se lo hayas dicho a tus conocidos, tú eres conocido, tienes fans y todo eso, tampoco es plan de acabar siendo el ojo mediático- Él asintió, dándome la razón.

-Mis padres tampoco lo saben a estas alturas, y tengo veintiséis-
-¿Aún no se lo has dicho?-
-Que va, no creo que hayan habido dos seres más homófobos en toda la historia del planeta Tierra-
-Lo siento-
-Nah, tampoco es que me afecte, llevo como dos años sin verles o siquiera llamarles- Lo sé, Kaoru, celebras Navidad en mi casa en vez de con tu familia desde que volví de estudiar en Italia.

-Supongo que ninguno se lo podremos decir a nuestros padres- Mi padre se piró nada más embarazó a mi madre, así que vete tú a saber cómo era, y mi madre murió cuando estaba en mi segundo año de la escuela de gastronomía, así que definitivamente mis padres no iban a saberlo- Él me miró con lástima, era el único que sabía sobre mis problemas familiares.

-Creo que a tu madre desde ahí arriba le da igual quién te guste o quién te deje de gustar, de hecho creo que está orgullosa- Eso sin duda no me lo esperaba saliendo de la boca de Kaoru, pero me hace muy feliz, eso es innegable.

-Supongo que sí, era bastante liberal en cuanto a su ideología-
-Supongo que ninguno tenemos figuras paternas...-
-Tampoco es que las necesitemos, tenemos a nuestros amigos- Él asintió.

-Supongo que tienes la razón- Tomé otro puñado de patatas y sonreí, llevábamos años estando el uno para el otro, en lo bueno y en lo malo, no era como mis amantes pasajeras, él era imprescindible para mí.

-Tengo que irme a casa, adiós, cuatro ojos- Me levanté de la silla y tomé mi cosas, pero cuando ya me estaba yendo, Kaoru me llamó.

-Kojiro-
-Dime-
-Anda, ven- Me acerqué de nuevo a él, entonces hizo lo único que jamás me esperaría de él, y con sus pálidos brazos me abrazó.

-Gracias por contármelo, idiota- Una sonrisa se plantó en mi rostro mientras la calidez de su abrazo invadía mi cuerpo, entonces le devolví el abrazo y me aferré a él con fuerza.

Salí de su casa sintiendo que mi corazón latía más rápido que nunca, sentía una enorme calidez en el pecho, mi corazón se sentía cálido y feliz mientras recordaba la sensación de su brazo alrededor mío y de su aliento en mi cuello.

Joder, Kaoru... ¿Qué es lo que se supone que has hecho a mi pobre corazón...?

No somos una comedia romántica II MatchablossomDonde viven las historias. Descúbrelo ahora