No somos una comedia romántica II Matchablossom

XVII

-¿Cómo le agredió el acusado, señor Nanjo?-
-Me empujó por un barranco durante una carrera en skate- Kaoru tenía una expresión irreconocible.

-¿Es eso cierto, señor Shindo?-
-Lo es, su señoría-
-¿Por qué lo hizo?-
-Porque si él ganaba tendría que confesar-
-¿Confesar el qué?-
-Que hice que todo el instituto se enterara de que Kaoru es gay- Kaoru se fue de la sala.

-Francamente las agresiones en las que era usted menor de edad no pueden ser condenadas, pero usted cometió 46 siendo mayor de edad, ¿qué tiene que decir su defensa al respecto?- Uno de sus abogados subió al estrado.

-Su señoría, los participantes de sus carreras sabían las posibles consecuencias, y aún así competían-

-¿Si yo te digo que te voy a matar y te mato deja de estar mal?- Me salió del alma, simplemente todo esto me parecía una tontería.

-Señor Nanjo, no es su turno para hablar-
-Lo siento, su señoría-
-Su señoría, mi cliente y yo consideramos que con una indemnización a los heridos esto podría arreglarse-
-Si fuera una persona podría incluso llegar a aceptar, pero 46...-
-Pagaremos a todas y cada una de esas personas-
-Lo siento, pero mi veredicto final es que, además de indemnizar a tus víctimas, deberás permanecer 5 años en prisión, con la posibilidad de obtener la libertad condicional a partir de los tres años según su conducta-
-Pero su señoría...-
-Se cierra la sesión- Dio dos toques finales a la mesa con su mazo y nos fuimos, pero nadie sentía una sensación de victoria, porque el proceso había sido horrible.

-Vamos a casa...- Shadow tomó las llaves de su coche.

-Voy a por Kaoru, id sin nosotros, ya pediremos un taxi o algo- Ellos se fueron y comencé a buscar a Kaoru por el edificio, entonces vi a un guarda de seguridad.

-Perdona, ¿has visto a mi amigo? Es muy alto, con pelo largo y rosa y llevaba un yukata blanco-
-Oh, sí, me preguntó dónde estaba el baño-
-¿Dónde está?-
-Al final de este pasillo a la derecha.
-Gracias...- Corrí al baño y sentí que mi corazón dejaba de latir cuando empecé a escuchar a alguien sollozar en un cubículo, entonces golpeé la puerta.

-Está ocupado...-
-Kaoru abre la puerta-
-Déjame, Joe...-
-Por favor, abre la puerta-
-N..No quiero que me veas así...-
-Kaoru, abre, por favor- Oí el pestillo abrirse y entré, Kaoru tenía los ojos rojos y lloraba sentado sobre el váter.

-Ven aquí...- Lo abracé con fuerza a pesar del dolor en las costillas que me producía hacerlo, él apoyó su cabeza en mi hombro y siguió llorando mientras yo acariciaba su pelo.

-Soy la peor persona del mundo...-
-No es verdad, Kaoru, cometes errores como todos, pero eres una gran persona-
-Debí haberte creído... Pero me dijiste que no fuiste tú y no te creí...-
-No pasa nada, Cher, no estoy enfadado-
-¿Por qué no me dijiste que fue él...? ¿Por qué cargaste con la culpa? ¿Por qué dijiste que te habías caído...?-
-La respuesta es algo tonta, simplemente no lo hice porque estabas tan triste y apagado cuando él se fue... Que pensé que si supieras que es un monstruo estarías peor aún...-
-¡Pero no es justo! Has aguantado que te trate como la mierda durante años por algo que tú no hiciste-
-Puedo soportarlo si es lo mejor para ti, Kaoru-
-Perdóname, por favor-
-Nunca podría estar enfadado contigo, Kaoru...- Un silencio llenó el ambiente unos minutos hasta que Cherry decidió romperlo.

-¿Qué pasó con Adam...?-
-Cinco años entre rejas...-
-Guau...-
-Ya, choca ver en lo que se ha convertido-
-En cierto modo me alegro de que no pueda dañar a nadie más-
-¿Estás un poco mejor...?- Él asintió y se limpió las lágrimas con la manga de su yukata.

-Vamos- Lo tomé de la mano y salimos de los juzgados.

-¿Vamos a comer algo antes de irnos a casa...?- Kaoru volvió a asentir y entramos en un restaurante chino que había ahí cerca, bastante pequeño pero de algún modo también acogedor, era bastante bonito.

Nos sentamos en una mesa junto a la ventana y comenzamos a leer la carta, entonces el camarero se acercó.

-¿Qué os pongo para beber?-
-Yo quiero té con limón-
-Yo una Coca-Cola, por favor- Él fue a por las bebidas y nosotros comenzamos a conversar.

-Kojiro-
-Dime-
-He pensado algo-
-Oh, ¿en qué?-
-Si yo no te hubiera llevado al hospital ese día podrías estar muerto, y si tú no me hubieras llevado al hospital el día de mi carrera con Adam yo podría estarlo...-
-Supongo...-
-Lo que quiero decir es que... Ninguno estaría vivo sin el otro... Nos hemos salvado mutuamente la vida...- Ambos sonreímos como el par de idiotas que éramos.

-Me importas más que nada en el mundo, Kaoru, te quiero muchísimo-
-Yo también te quiero, Kou- Pero sentí una punzada en el corazón, porque sus "te quiero" jamás tendrán el significado de los míos.

Y el camarero llega con las bebidas para acabar de arruinar nuestro momento.

-¿Ya sabéis que queréis comer?-
-Yo tomaré sopa de wonton-
-Yo pollo kung pao, gracias- Dí un trago a mi vaso de Coca-cola.

-Kojiro-
-¿Qué?-
-Prometo... Que intentaré tratarte mejor...- Se puso rojito como un tomate por la vergüenza y solo quise abrazarlo con todas mis fuerzas.

-Igualmente- Sonrió y tomó mi mano, Dios... Lo que daría por tenerle...

-Si te digo algo... ¿Prometes no burlarte de mí...?-
-Claro, Kaoru-
-No sé... Cuando Adam se fue poco después tú te fuiste a estudiar a Italia, y no sé... Me sentía solo...-
-Siento haberte dejado solo, Kaoru...-
-Así que... No sé, supongo que creé a Carla para poder hablar con alguien...- En ese momento sentí una punzada en el corazón.

-Lo siento, siento haberte dejado solo, siento haberme burlado de Carla, siento haberte preocupado cuando pegué a Adam, siento haberte vuelto a preocupar cuando aposté con él, siento haber cargado con la culpa, siento no haber podido ayudarte, siento que Adam te escribiera mierdas y... Sobre todo... Siento haber perdido contra Langa, porque debí ser yo quien corriera contra Adam, debí ser yo a quien golpeara, debí haber sido yo el que sufriera todo lo que alguna vez sufriste tú, y lo siento, de verdad, Kaoru- Y un par de lágrimas brotaron de mis ojos, esa fue la primera vez que Kaoru me vio llorar desde hacía cuatro años.

-Kojiro, deja de decir gilipolleces, por favor, no es tu culpa que él sea un capullo, y no tenías que haber sido tú quien sufriera por mí, en un mundo perfecto, simplemente ninguno nunca hubiéramos sufrido-
-No sé qué habría hecho si él te hubiera matado ese día... Yo... Jamás podría llegar a perdonármelo, ni mucho menos a perdonarlo a él...-
-Pero no pasó, estamos aquí, juntos- Entonces juro que cuando miré a sus ojos no vi a mi mejor amigo, vi a un ángel.