XXVII

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La cena con los Sakurayashiki fue ayer y Kaoru y yo no habíamos hablado más del tema, él porque no se sentía cómodo y yo porque no pensaba forzarle a hablar de nada que pudiera incomodarlo.

-Kojiro- Estaba limpiando la encimera de mi cocina mientras tarareaba una melodía que tenía pegada en la cabeza desde hace unos días así que no estaba precisamente atento a lo que Kaoru me estaba contando.

-¡Kojiro!- Me sobresalté y me di la vuelta para encontrarme con Kaoru, que parecía algo más serio de lo habitual.

-¿Qué ocurre?-
-Tenemos que hablar- En ese momento sentí que se me paraba el corazón, mierda, eso en las películas siempre acaba mal.

-C...Claro...-
-Ven, siéntate- Me senté en una silla del comedor sintiendo que las piernas me temblaban como jamás me habían temblado en toda mi vida.

-A ver... Hemos tenido tres meses maravillosos juntos y...- Joder, mierda, ¿me iba a dejar? Joder, joder, joder.

-¿Y...?-
-Puede que sea demasiado pronto y que me esté apresurando, pero me gustaría... Me gustaría que viviéramos juntos, Kojiro...- Entonces suspiré de alivio y sentí que mi corazón latía de nuevo.

-Joder, pensaba que me estabas dejando...- Él rió levemente.

-Quisiera que vivamos juntos, Kojiro-
-¿Hay algún motivo..?-
-Sonará algo tonto...-
-Dime-
-Es solo que, no sé, después de lo de ayer... Me di cuenta de que eres mi única familia, y quiero tenerte cerca...- Sonreí y apoyé mi mano sobre su hombro.

-No pasa nada si tú no quieres, lo entiendo-
-No, quiero vivir contigo, Kaoru- Él sonrió y me dio la mano.

-Había pensado que podría mudarme a tu casa o tú podrías mudarte a la mía, pero no sé-
-Supongo que la mía tiene la ventaja de estar encima de mi trabajo, pero la tuya es más grande-
-Mi cama es lo suficientemente grande como para compartirla, y tu trabajo solo está a cinco minutos en moto de mi casa, creo que es la mejor opción-
-Vale, supongo que tienes razón... ¿Cuánto vale la hipoteca? Tendremos que pagarla a medias-
-No voy a cobrarte, Kojiro-
-Y yo no voy a vivir contigo sin ofrecerte ninguna ayuda para los gastos de la casa, Kaoru- Él suspiró.

-No tengo que pagar hipoteca porque ya terminé de pagar esa casa, pero aún pago luz, gas y agua, supongo que en eso siempre puedes ayudar, también en la comida y esas cosas-        -Sin problemas-
-¿Cuándo podrías mudarte?-
-Hoy-
-¿Hoy? ¿No te apresuras demasiado?-
-Llevo toda mi vida esperando esto...- Él sonrió con un leve sonrojo en las mejillas.

-Vamos a por cajas y te ayudo a empaquetar cosas- Asentí y bajé al restaurante, siempre tenía cajas en el almacén que usaba para guardar los ingredientes.

Subí con un montón de cajas y comenzamos a guardar cosas.

La verdad es que todo esto se me estaba haciendo bastante raro, vivía en este apartamento desde que era un crío, y ver cómo poco a poco mis cosas iban desapareciendo de las paredes y muebles era bastante raro.

Cuando mi madre falleció heredé su casa y ahora el último trozo de ella que tenía se estaba desvaneciendo.

Pero a veces hay que dejar el pasado atrás y concentrarse en el presente, y ahora mismo mi única convicción es que Kaoru es mi futuro.

-¿Qué hacemos con los muebles? En mi casa ya tenemos-
-Supongo que por ahora los dejaremos aquí y luego ya haremos algo con ellos- Esa era mi manera de decirle que no quería perder esos muebles viejos de madera, esos muebles plagados de recuerdos y cariño.

-Kojiro, ¿estás bien?- Al parecer mi nostalgia era visible en mi rostro por lo que me miró preocupado y colocó su mano sobre mi mejilla.

-Sí, solo es que... Esta casa siempre me ha recordado a ella...- Él me miró fijamente cargado de dolor en los ojos  y me arrepentí como nunca de haberlo soltado sin más.

No somos una comedia romántica II MatchablossomDonde viven las historias. Descúbrelo ahora