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Ya, ya sé muy bien que debéis de estar muy hartos de tantos saltos en el tiempo, pero solamente pienso dar otro más a parte del que estoy dando ahora mismo, lo prometo.

Kaoru y yo ya llevamos ni más ni menos que diez meses en la que es la mejor relación que ha existido jamás en el mundo.

Al parecer él tenía toda la razón razón, porque como tal y como Kaoru me había advertido hace meses, la gente había dejado de molestarnos con el tiempo. Claro que aún algún que otro idiota nos decía alguna gilipollez pero eso no era  nada con lo que no pudiéramos lidiar.

Y al parecer yo también tenía razón, porque Kaoru había perdido muchísimos fanáticos desde su salida del armario, pero nos daba igual, porque siempre quedaban aquellos leales fanáticos que lo apoyaban incondicionalmente.

Y ahora mismo mi única certeza es que quiero pasar el resto de mi vida junto a él.

-Quiero pedirle a Kaoru que se case conmigo- Miya, Reki, Langa y Shadow estaban reunidos en mi restaurante, porque no podía hacer esto sin ayuda.

-Ya podéis adoptarme oficialmente- Reí con fuerza y todos siguieron mi ejemplo.

-Necesito que me ayudéis con mi proposición-
-¿Qué tenemos que hacer?- Langa estaba sentado con la cabeza de su novio sobre su regazo, acariciando sus rizos pelirrojos.

-Ese es el problema, no lo sé-
-Pues haz como en las pelis, te arrodillas con un anillo y se lo pides-
-Eso es tan especial como un sándwich de queso, slime-
-Puedes pedírselo en S- Reki hizo su primera aportación a la conversación, aún medio dormido sobre Langa.

-Tengo una idea- Miya se frotó las manos con una sonrisa malévola en el rostro.

-¿Cuál?-
-Le retas a una carrera, y cuando vayáis por la mitad, finges que te has hecho daño, entonces se acercará a ver qué pasa y tú sacas el anillo y se lo pides- Creo que era la idea de pedida de matrimonio más malvada que había escuchado jamás.

-No quiero asustarle sin motivo-
-Se asustará unos segundos y luego le darás la alegría de su vida, está compensado-
-No sé... ¿Qué opináis...?-
-A mí me gusta-
-¿¡Qué dices, Langa?! ¡Es un plan demasiado cruel!- Reki se levantó sobresaltado del regazo de su pareja.

-Yo también creo que es pasarse de la raya- Shadow tampoco parecía convencido.

-Me gusta la idea de la carrera, pero no la de fingir que me he hecho daño-
-Sois una panda de slimes cobardes- Miya encendió su Nintendo y se puso a jugar al Animal Crossing.

-Yo sigo pensando que la idea de Miya es buena- Langa tomó un trozo de pizza de champiñones y comenzó a masticar.

-No pienso hacerle pasar un mal rato-
-Pues simplemente hazlo rápido para que el susto le dure poco rato, y no tienes que fingir que te has hecho algo grave, simplemente que te has tropezado- Dicho así no sonaba tan mal.

-¿Creéis que es una buena idea...?- Esta vez todos asintieron.

-Vale, supongo que se lo pediré esta noche-
-¿¡Tan pronto?!-
-Sí, no veo para qué esperar más- Todos parecieron impresionados cuando tomé mi teléfono y le escribí un mensaje.

Joe: Oye, Kao, ¿echamos una carrera hoy por la noche? Como en una hora
Cherry: ¿Por algún motivo en específico?
Joe: No, pero echo de menos patinar contigo
Cherry: Vale, supongo que será divertido
Joe: Te quiero❤️
Cherry: Yo también, gorila 🦍

Sonreí como el idiota enamorado que era antes de ir a casa a ponerme mi traje de S.

Una vez vestido tomé el anillo y lo guardé en mi bolsillo, era de plata, con una pequeña flor de cerezo hecha de pequeños diamantes que me recordaba al amor de mi vida.

Salí de casa y subí a mi moto de nuevo, nada más llegar a S lo vi, estaba en la línea de salida, esperándome con una sonrisa.

-Hola, Kojiro- Sonreía de oreja a oreja, lo que con la máscara que llevaba debería de ser imposible de saber, pero cuando sonreía sus preciosos ojitos dorados se encogían de una manera que alegraba mi corazón.

-Hola, Kaoru- El semáforo comenzó a pitar hasta ponerse verde y ambos salimos escopetados hacia la meta.

Yo iba un poco delante de Kaoru pero apenas le sacaba unos centímetros de ventaja, podría adelantarme sin problemas en cualquier momento, pero eso no iba a pasar porque era el momento de llevar a cabo mi plan.

Vi una pequeña roca en el suelo y me tropecé a propósito con ella, cayendo al suelo de una forma tan hilarante que me hubiera partido de la risa si la hubiera visto en vídeo, y al parecer no fui el único que lo pensó porque el público entero estalló en risas estruendosas.

Kaoru dejó a Carla a un lado y se acercó a mí con una expresión de preocupación en el rostro que hizo que me arrepintiera al instante de haber hecho caso a ese crío.

-¿Estás bien?-
-Sí, pero necesito que hagas algo por mí...- Él parecía cada vez más asustado.

-¿El qué? ¿Necesitas que te ayude a caminar a casa?- Entonces me arrodillé y abrí la pequeña caja negra, haciendo que toda la gente que estaba reunida en la mina estallara en vítores.

-Necesito que te cases conmigo, Kaoru- Él abrió los ojos como platos antes de acercarse tímidamente a mí.

-Sí...- Lo tomé entre mis brazos y comencé a cargarlo para llevarlo con el resto, mientras él me pedía tímidamente que lo bajase.

-¡Vivan los novios!- Todos nuestros amigos aplaudieron y vitorearon al vernos llegar.

Tomé su rostro con mis manos y dejé que sus labios danzaran con los míos mientras el resto aplaudía al amor que ambos teníamos.

Después de celebrar un buen rato fuimos a casa, esta era nuestra primera noche estando prometidos, la primera noche de nuestro futuro juntos.

-Kojiro-
-Dime-
-Me ha emocionado mucho que me pidieras matrimonio, y creo que no he estado más feliz en mi vida, pero... Aquí el matrimonio homosexual no es legal...-
-Pues nos casamos en otro lado-
-Pero aquí en Japón no estaremos oficialmente casados-
-Tú para mí vas a ser mi marido, y me la suda bien peluda lo que un documento diga al respecto- Él sonrió y abrazó mi cuello con sus brazos.

-Y... ¿Dónde nos casamos...?-
-Había pensado que podría ser divertido ir a conocer Canadá, estaría bien poder conocer el país de Langa-
-Suena bien, ¿cuándo nos casamos?-
-No sé, pero definitivamente en invierno, que no he visto nieve en mi vida y francamente quiero verla alguna vez-
-Me parece perfecto...- Tomé mi portátil y comenzamos a planear cómo queríamos que fuera todo, desde cosas más importantes como la comida o el lugar a chorradas como qué tipo de servilletas queríamos poner en las mesas.

Voy a casarme con Kaoru. Joder... Esto no es un sueño, voy a casarme... ¡Voy a casarme con Kaoru!

No somos una comedia romántica II MatchablossomDonde viven las historias. Descúbrelo ahora