XVIII

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Las cosas cambiaron demasiado tras el juicio contra Adam.

Kaoru y yo nos llevábamos como nunca, y nadie parecía entender porqué de repente habíamos dejado de pelear.

Cherry y yo compramos S, mucha gente extrañaba a Adam, pero la mayoría estaba más que feliz de no tener que volver a verle la cara.

-¡Cher!- Vi a Cherry en la mina y corrí hacia él, ya se había recuperado por completo, yo aún estaba un poco jodido, pero estaba bastante mejor.

-Hola, Joe- Sin duda S había cambiado radicalmente.

Ahora en la puerta colgaba la lista de todas las reglas que se deberán seguir para participar en las carreras.

Reglas de las carreras S:
-Se permite sabotear al oponente pero no se permitirán agresiones como golpes o cualquier otro tipo de ataque que ponga en peligro la vida de tu contrincante.
-Se permitirá ayudarse de toda clase de artefactos para ganar, a excepción de las armas blancas o de fuego.
-No se podrán realizar ningún tipo de carreras en la pista prohibida.

Únicamente esas tres reglas eran suficientes para evitar que nadie tuviera ningún accidente grave.

-Reki y Langa van a competir, vamos-
-Claro, cuatro ojos- Por muy bien que nos llevemos creo que nunca seríamos capaces de dejar de usar esos apodos.

Todos estaban ahí animando a ambos, entonces me di cuenta de que a pesar de que Kaoru no me amase jamás, a pesar de tener un vacío que nunca podría llenar tenía amigos, y eran increíbles.

Langa ganó por unos centímetros y todos estallamos en aplausos hacia ambos, su manera de patinar era simplemente alucinante.

-Voy a por algo de beber- Kaoru se fue y me quedé a solas con Miya y Shadow.

-Joe, ¿cuándo se supone que vas a confesar a Kaoru lo que sientes por él?-
-¿Sabes? Creo que no me declararé-
-¿Por qué no?-
-Acabo de recuperar a mi mejor amigo, no lo perderé de nuevo- Miya me miró con lástima pero solo sonreí, porque disminuía levemente el dolor que sentía.

-Joe, no puedes reprimirlo toda tu vida, algún día explotarás-
-No lo entiendes, Miya, haga lo que haga, jamás se fijará en mí-
-Nunca sabrás eso si no se lo preguntas-
-Supongo que simplemente no estamos destinados-
-Yo creo que lo estáis...- En ese momento Cherry volvió.

-¿Por qué parecéis deprimidos?-
-Está todo bien, tranquilo-
-¿Vamos a comer algo?-
-Claro, Kaoru-
-Shadow y yo pasamos, tenemos cosas que hacer-
-Yo no...- Miya le pegó una patada y se fueron, entonces supe que la intención de ese mocoso era dejarnos solos.

-Supongo que iremos solos...- Comenzamos a caminar hasta un restaurante de ramen cercano.

-Joe-
-Dime-
-No sé... Simplemente es que últimamente me siento.... Olvídalo-
-¿Todo bien...?- Él se quedó callado, diciéndome sin palabras que no estaba todo bien.

-Puedes contármelo si quieres, no te juzgaré-
-Me da vergüenza-
-Ese siempre ha sido tu problema, Kaoru, que te aíslas y simplemente te niegas a pedir ayuda aunque tienes gente que podría ayudarte, ¿por qué? Hay gente a la que le importas, Kaoru-
-Porque él me dijo que le importaba, pero era una sucia mentira...- Entonces supe que hablaba de Adam y quise ir a la cárcel y estrangularle, pero no podía.

-A mí me importas, siempre lo has hecho-
-No lo entiendes...-
-Pues explícamelo-
-Supongo... Que tengo miedo de mostrarte mi lado vulnerable y lo uses contra mí como él-
-Kaoru, yo no soy como Adam, lo sabes, ¿verdad?-
-Creí saberlo todo entonces y no sabía nada-
-Pero ahora lo sabes, Kaoru-
-Simplemente... No sé, no consigo olvidarle... Me divierto con vosotros y tal, pero por la noche vienen las ventanas de cristal manchadas de recuerdos a mi mente, y lucho con él al dormir, contra mis pesadillas, simplemente me arrepiento de él todo el tiempo- Entonces lo abracé con fuerza.

-Si algún día estás triste, aunque sean las tres de la madrugada, llámame, Kaoru-
-No quiero molestar-
-No me molesta- Él comenzó a llorar y yo comencé a acariciar su cabello rosa.

-No merezco a alguien como tú-
-Claro que sí-
-Joder, me dejas ir de madrugada a tu casa a comer galletas cuando estoy triste pero yo simplemente te abandoné por un idiota-
-Por mucho que decidas irte, Kaoru, siempre te esperaré con los brazos abiertos por si decides volver-
-Y cuando Adam se fue a América, joder, simplemente te ignoré-
-Estabas triste, es normal-
-Soy una persona horrible...-
-Eres mi persona favorita- Kaoru se sonrojó.

-Mientes-
-No lo hago-
-Mientes porque nadie podría querer jamás al desastre que soy-
-Yo lo haría- Entonces me acerqué a él y limpié sus lágrimas con mis dedos.

-Mientes para que me sienta mejor-
-Nunca podría mentirte-
-¿Y cuándo me dijiste que te habías caído cuando él te empujó?-
-Es distinto, Kaoru-
-Mi destino es acabar solo, lo he aceptado hace tiempo-
-No es verdad-
-¡Lo es! Y algún día te veré irte porque te habrás cansado de mis artimañas-
-Nunca me iría, Kaoru, porque soy incapaz de ser feliz sin ti-
-En Italia fuiste feliz sin mí-
-¡En Italia estuve a punto de dejar la carrera cuatro veces porque no soportaba echarte de menos!- Él me observó en silencio.

-No entiendo que tengo para que me quieras tanto-
-¡Joder! Eres gracioso, inteligente, comprensivo, fuerte, tienes los ojos más bonitos del mundo y tu pelo parece de seda- Entonces me di cuenta de lo que acababa de decir y me puse rojo como un tomate.

-¿En serio lo crees o lo dices para que me sienta mejor?-
-Lo creo de verdad, Kaoru-
-Pues francamente no entiendo porqué-
-¡Porque estoy enamorado de ti, joder!- Me tapé la boca con la mano al ser consciente de que lo acababa de soltar y comencé a llorar, entonces salí corriendo y me fui a casa.

Al llegar a mi apartamento me tiré en la cama y comencé a llorar y gritar como nunca, soy un idiota y acabo de perder a mi único amigo de verdad.

Sentí que el dolor de mi pecho me impedía respirar mientras lloraba hasta sentir que me ahogaba en mi dolor, en ese momento tuve un sentimiento tan peculiar, de que este dolor sería para siempre.

No somos una comedia romántica II MatchablossomDonde viven las historias. Descúbrelo ahora