V

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Langa fue a arreglar las cosas con Reki y me quedé solo junto a la máquina expendedora, me senté un momento a beber tranquilamente, entonces Miya subió en el ascensor, y parecía estar a punto de llorar.

-¿Pasa algo?-
-Me he encontrado a Reki-
-¿Habéis discutido- Él se quedó callado unos segundos y comenzó a pestañear aún más rápido en un intento desesperado por no llorar delante de mí.

-Joe, ¿puedo preguntarte algo?-
-Claro, ¿por qué no?-
-¿Te caigo bien?- ¿Por qué me preguntaba eso ahora?

-Al principio no, pero ahora todos vosotros me caéis muy bien, ¿por qué la pregunta?-
-Creo que no soy una buena persona...-
-Una mala persona es incapaz de empatizar, y cuándo Cherry y Shadow estaban heridos estabas muy preocupado, porque eres una buena persona y te preocupan los demás-
-Si fuera una buena persona mis amigos no me dejarían-
-Pasó algo con Reki, ¿verdad?-
-Me prometió que nunca desaparecería, y lo hizo- Entonces se dio la vuelta y supe que estaba llorando.

-Puedes darte la vuelta, no te avergüences de llorar delante mío-
-Los hombres no lloran-
-Bueno, el día que Cherry se hizo daño me viste llorar, y que yo sepa soy un hombre- Entonces se dio la vuelta e hizo lo único que jamás esperaría de Miya, me abrazó con fuerza.

-Pronto todo se arreglará, y al fin y al cabo sigues teniendo a Langa, ¿no?-
-Supongo...-
-Yo he peleado con Kaoru miles de veces y siempre acabamos volviendo para molestar al otro-
-Es distinto, vosotros siempre peleáis, es básicamente lo vuestro-
-Supongo que es verdad, pero eso no quita que Reki acabará volviendo, no os libraréis de él tan fácilmente-
-¿Lo crees?-
-Lo sé, Miya-
-Gracias, Joe-
-De nada, mocoso, ¿vamos con el resto?-Asintió y fuimos con los demás, estuvimos un buen rato hasta que todos salvo Cherry y yo se habían ido a sus casas.

Una vez a solas en su habitación él y yo comenzamos a conversar.

-Oye, gorila-
-¿Qué?-
-¿Qué le pasaba a Miya? Parecía triste-
-Un problema con Reki-
-No sé qué le pasa últimamente a Reki, está rarísimo-
-Yo tampoco-
-¿Miya está muy triste?-
-Le animé un poco, pero perdió a sus antiguos amigos y ahora a Reki, y cree que es su culpa-
-Parecía que había estado llorando...-
-Te mentiría si te dijera que no lo hizo-
-¿Sabes? Ahora que lo pienso, no te he visto llorar desde que tenías veintiuno, quizá eres un robot sin emociones- Fingí una risa, porque sí que he llorado recientemente, y ha sido por él.

-Tengo que ir a limpiar el restaurante-
-Adiós, gilipollas-
-Adiós, idiota- Me fui al restaurante y comencé a limpiar, ya eran las doce de la noche, era bastante tarde.

Llevaba unas dos horas limpiando cuando la puerta se abrió, me giré para decirle a quien hubiera entrado que estaba cerrado, entonces vi a Kaoru.

-¿¡Qué haces aquí?! ¡Tenías que estar tres días más en el hospital?!-
-Me he escapado- ¿Escapado? Definitivamente era subnormal, ¿se había escapado del hospital y estaba como si nada?

-Hay que ver, mira que escaparte así... Estás lesionado, Kaoru-
-Solo es un rasguño-
-¿Rasguño? Pareces una momia-
-Es una herida honorable, al menos yo competí contra Adam-
-¡Yo hubiera ganado!-
-¡Perdiste contra un crío!-
-Ese no es un crío normal, podría volverse un monstruo mucho peor que Adam-
-Lo sobreestimas- Entonces intentó servirse de una botella de vino, pero se dio cuenta de que estaba vacía.

-Está vacía-
-Entonces trae tú la siguiente-
-Estoy herido- Suspiré y fui a por una botella, el vino tinto se había acabado, era mucho más popular, así que escogí uno blanco que personalmente me gustaba bastante.

-¿Te sirve uno blanco? Es un Lafite...- Entonces suspiré de nuevo al ver que se había quedado dormido sobre la barra, que idiota.

Tomé la botella y serví dos copas, una para él y una para mí.

-¿Sabes? Adam es increíble, pero puedo ver que no es feliz en este momento...y creo que es porque está solo, pero... nosotros no estamos solos, ¿verdad, Kaoru?- Nunca había estado solo, siempre había tenido a un irritante pelirrosa recorriendo a mi lado el sendero de la vida, entonces lo miré y sonreí, porque él era perfecto, y brindé con ambas copas.

No sé qué haría sin él, sin duda me ha ayudado a pasar por mucho. Puede que sea borde, o que esté obsesionado con las máquinas, pero también es inteligente, comprensivo, gracioso, simplemente, es Kaoru, y me encanta.

Mierda, debo dejar el alcohol, parezco un simp de nuevo.

Lo tomo en brazos y lo acuesto en mi cama, le coloco una manta para que no pase frío y me dirijo al sofá a dormir.

-Que descanses, Kaoru...- Me acosté en el sofá y cerré los ojos, pero poco después algo tocándome me hizo despertar, era él.

-¿Necesitas algo? ¿Te duele la cabeza otra vez?-
-Quiero besarte-
-¿Qué cojones?-
-Quiero besarte, idiota- Lo tomé del rostro y comencé a besarlo con pasión, comenzando a besar su cuello con lujuria, entonces murmuró algo sobre que fuéramos a la cama.

-Kaoru, estás herido-
-Entonces que me dejes sin poder andar no será un problema- Con un brazo no pudo quitarse la camiseta, así que se la quité yo y comencé a besar su torso, sintiendo la mayor excitación que había sentido en la vida, quería más, mucho más.

Comencé a penetrarlo mientras mis gemidos se volvían cada vez más intensos, entonces escuché un ruido, era mi alarma, ¿por qué sonaba si no era hora de levantarse?

En ese momento abrí los ojos y me di cuenta de que estaba en mi sofá, con una manta encima, con una erección tremenda y rojo como un tomate, mierda... ¿Acababa de soñar que me tiraba a mi mejor amigo...? O, la pregunta más importante, ¿Por qué lo había disfrutado tanto?

Fui al baño a lavarme la cara y escuché ruidos en mi cuarto, Kaoru se había despertado.

Preparé algo de desayunar y se lo llevé, disimulando la horrible vergüenza que estaba sintiendo en este momento.

-El desayuno- Dejé la bandeja sobre su regazo y me senté junto a él en la cama.
-Te ha gustado tu sueño de hoy, ¿verdad?- Tenía una sonrisa malévola, entonces me temí lo peor, ¿lo sabría?

-¿C...cuál?-
-No finjas, gorila, me despertaste en mitad de la noche porque estabas gimiendo en sueños- Me puse rojo como nunca y comenzó a reír.

-¿La chica era guapa?- Él creía que se trataba de una chica, lo que me tranquilizó bastante.

-Muchísimo- Aquello no se trataba para nada de una mentira.

-¿Cómo era?-
-Pelo largo y sedoso, ojos dorados y piel de porcelana- De nuevo, no había dicho ninguna mentira.

-Intenta no tener sueños húmedos si estoy en tu casa, por favor-
-No te escapes más del hospital y no tendrás que aguantarlos- Él se quedó callado.

-¿Por qué te escapaste?-
-Es una gilipollez-
-Y yo soy gilipollas, las gilipolleces son mi especialidad- Él rió un poco por las bajo antes de hablar.

-Adam me escribió- Eso me petrificó, porque llevaba años sin contestarnos.

-¿Qué te dijo?-
-Nada muy bonito, unas cuantas mierdas de que yo era aburrido y tal... y no quería estar solo-
-¿Qué tiene eso de gilipollez?- Él volvió a callarse.

-La próxima vez no te escapes, bastaba con que me llames para que vaya contigo-
-Me daba vergüenza- A mí me da vergüenza haber soñado que tenía sexo contigo.

-¿Quieres volver al hospital?-
-Sí, será lo mejor- Le llevé en mi moto y volví a casa, pensando en lo que había soñado.

¿Sería...? ¿Sería posible que me gustara Kaoru...?

No somos una comedia romántica II MatchablossomDonde viven las historias. Descúbrelo ahora