XXVIII

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Kaoru me abrazó con fuerza hasta que dejé de llorar a mares y luego me recomendó que me fuera a descansar un poco en la cama.

Mientras yo dormía tranquilamente él se dedicó a guardar todos mis objetos y pertenencias con cuidado en las cajas y se encargó de llevar todo a su casa.

Para cuando por fin me desperté, en toda mi habitación solo quedaba la cama y la pequeña mesita de noche junto a ella.

Busqué a Kaoru por todas las estancias de la casa hasta finalmente encontrarlo sentado en  en el salón, en el que ahora mismo solo quedaban los muebles.

-¿Estás mejor?- Asentí con la cabeza y él me abrazó de nuevo con fuerza.

-Ya he llevado todo a mi casa, cuando creas que te sientes preparado podemos irnos-
-Vámonos- Él asintió con una sonrisa y cada uno de nosotros subimos a nuestras respectivas motos, nos pusimos el casco y nos dirigimos a su casa, bueno, ahora técnicamente iba a pasar a ser nuestra casa, no solamente suya

Cuando llegamos a su casa abrió la puerta y me dejó pasar, su hogar seguía prácticamente igual, sí, pero toques del mío estaban repartidos por absolutamente todos los rincones.

-¿Te gusta así?-
-Joder, es perfecta- Kaoru me fue enseñando cada habitación hasta llegar a nuestro dormitorio.

-Bienvenido a tu cuarto- Él abrió la puerta, mostrando el que antes solía ser su dormitorio, pero que a partir ahora iba a ser el de ambos.

Casi todo seguía prácticamente igual que antes, pero sentí que me emocionaba como nunca al ver que había puesto mis fotos en la pared, esas que solía tener en la mesilla, pero ahora estaban ahí en la pared, destacando en toda la habitación, con unos preciosos marcos dorados y acompañadas de decenas de fotos de Kaoru y yo, fotos jugando cuando aún éramos tan solo unos críos, jugando a disfrazarnos de personajes de dibujos animados, nuestras fotos escolares, nuestras fotos cuando viajamos juntos, las de su fiesta de cumpleaños... Tenía una vida increíble y llena de felicidad, y era gracias a él.

-Creo que esta pared es mi favorita-
-La mía también, aunque estabas totalmente ridículo disfrazado de Cosmo de los Padrinos Mágicos-
-Pues tú vestido de Wanda no estabas mucho mejor...- Cuando teníamos siete años Kaoru vino a mi casa a jugar y nos pusimos a ver los Padrinos Mágicos en la televisión juntos.

Entonces nos percatamos de que Cosmo tenía el pelo verde y Wanda lo tenía rosa, así que di la lata a mi madre durante semanas hasta que finalmente la convencí de que nos hiciera disfraces de los personajes a ambos para Halloween.

Conseguimos un montón de caramelos haciendo truco o trato, caramelos que Kaoru escondió en mi casa y que comíamos juntos cuando venía a jugar, porque su madre le tenía terminantemente prohibido comer cualquier tipo de alimento que contuviera azúcar, porque según ella eso haría que perdiera su cuerpo perfecto y no se qué tonterías.

Pero ahora Kaoru come tiramisú en mi restaurante todas las noches y os puedo asegurar que su cuerpo sigue igual de perfecto, aunque no sea muy justo que yo lo diga porque para mí todas y cada una de las partes de su cuerpo con absolutamente perfectas, es más, en mi más sincera opinión Kaoru es absolutamente perfecto en todos los sentidos.

-Te quiero mucho, Cosmo
-Yo también, Wanda- Ambos comenzamos a reír como el par de idiotas totales que somos.

-Nunca te lo dije porque estabas demasiado triste y no quería que estés peor, pero la verdad es que a mí también me dolió bastante lo de tu madre, lloré un par de veces- Le miré sin decir una sola palabra y sin entender porqué decía eso ahora si hace un segundo estábamos riendo a carcajadas.

-Ella te quería mucho, siempre que peleábamos se enfadaba conmigo por hacerte sentir mal- Kaoru rió suavemente.

-Siempre me trató como mi madre nunca lo hizo- Me dolió oírle decir eso pero era verdad, mi madre siempre lo había tratado como si fuera su propio hijo.

-Me acuerdo de que cuando me ignorabas por lo de Adam no me paraba de decir que te echaba de menos- Él sonrió.

-Me acuerdo de que cuando te llevé al hospital ese día, la llamé llorando asustado y tenía muchísimo miedo de que se enfadara conmigo, que pensara que había sido mi culpa o que te prohibiera hacer skate de nuevo, pero cuando llegó sólo me abrazó y me dio las gracias por haberte traído, me dijo que no era mi culpa y me dio un paquete de pañuelos- Nunca me había contado esa historia antes y sentí que me dolía un poco el corazón.

-Siento haberte asustado ese día-
-No es tu culpa, es de Adam- Le abracé, porque tenía razón, el único culpable de lo que había pasado era ese idiota.

-Tengo hambre- Reí, porque era increíble la capacidad de Kaoru de tener siempre hambre en los peores momentos.

-Voy a hacerte algo rico, hay que celebrar nuestra primera cena viviendo juntos- Asintió y bajé las escaleras hasta la cocina, tomé unos cuantos ingredientes y comencé a preparar pasta carbonara.

Corté un poco de panceta en pequeños dados que puse a freír mientras preparaba la salsa y cocía una abundante cantidad de espaguetis en una olla con agua.

Cuando la pasta estuvo totalmente cocinada añadí la salsa y la panceta y llevé la olla al comedor, donde Cherry esperaba sentado con una sonrisa tonta que me daba unas ganas increíbles de abrazarlo y cubrirlo de besos.

-Que aproveche- Ambos nos servimos en nuestros platos y comenzamos a comer, como siempre estaba deliciosa, a la mierda la humildad.

-Esto está riquísimo-
-Porque lo he hecho con amor- Kaoru sonrió tímidamente antes de seguir comiendo.

-Oye, Kojiro-
-Dime, Kaoru-
-Creo... Creo que quiero contar públicamente lo nuestro...- Me atraganté con un pedazo de panceta y comencé a toser antes de tomar un poco de agua.

-Kaoru...Eres consciente de que vas a recibir críticas a montones, ¿verdad...? Puedes perder muchos fanáticos...-
-Lo sé, pero me importas más que mi carrera, y  quiero poder demostrar en cualquier parte lo mucho que te quiero- La única razón que pude tener en ese momento fue sonreír y besarlo intensamente.

-Gracias, Kaoru-
-Gracias a ti por estar siempre a mi lado-

No somos una comedia romántica II MatchablossomDonde viven las historias. Descúbrelo ahora