XV

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Hoy no fui a trabajar al restaurante, las costillas me estaban doliendo tanto desde ayer que decidí que lo mejor sería quedarme en casa a descansar un par de días hasta que estuviera mejor.

El juicio contra Adam por agresiones sería la semana que viene, pero no tenía una sensación de victoria por haberle parado los pies, había logrado lo que llevaba deseando desde que lo conocí, vencerle, pero no estaba feliz, porque Kaoru no hablaba conmigo.

Estaba tirado en la cama, medio drogado por todas las pastillas que me había tomado para el dolor y que apenas parecían hacerme efecto porque a duras penas podía moverme sin sentir que me moría de dolor. Cada dos minutos llamaba a Kaoru, en un intento desesperado de hablar con él, pero simplemente no me contestaba.

Joe: Por favor Cherry, contéstame, quiero hablar contigo

Dos ticks azules aparecieron junto a mi mensaje, confirmando que Kaoru estaba ignorando mis mensajes.

Llevaba sin comer desde hacía quince horas, pero no sentía hambre, mucho menos ganas de levantarme a por comida, pero creo que no quería salir de la cama en la vida, si él no me hablaba no habían razones para hacer nada, si por mi fuera no me movería de la cama en todo el día.

Pero lo hice porque me llegó un mensaje, y aunque no era suyo me dio esperanza.

Miya: Si quieres hablar con Cherry, está en el centro comercial que está cerca de su trabajo comprando no sé qué vaina de caligrafía

Me levanté a pesar del dolor y subí a mi moto, tenía que hablar con él, tenía que recuperar a la que era mi persona favorita en el mundo entero.

Llegué al centro comercial y busqué la tienda de papelería en la que Cherry siempre compraba los utensilios, entonces lo vi.

Tenía su precioso pelo rosa recogido en una trenza y llevaba un yukata verde que le hacía parecer de la realeza, Kaoru un príncipe por el que no me importaría luchar con dragones para liberarlo de una torre, tampoco me importaría salvarlo de un trágico sueño eterno con un beso de amor.

Corrí hacia él mientras sentía que mis costillas me apuñalaban lentamente y que me iba a caer al suelo en cualquier momento.

-¡Kaoru!- Él se giró y me miró sorprendido, luego volvió a girarse y siguió mirando la estantería.

-Kaoru, por favor... Solo quiero hablar con... Auhhh... Contigo- El dolor era tan fuerte que me costaba tenerme de pie, así que me apoyé en la pared.

-Vete a casa, Kojiro, estás herido-
-¡No hasta que no hables conmigo! ¡Augh, joder como duele!- me agarré las costillas con la mano mientras me retorcía de dolor, joder, Adam sabe pegar.

-No hay nada que hablar, vete a casa antes de que te pongas peor-
-¡Por favor!- Él suspiró con desgana y me llevó de la mano a un restaurante cualquiera del centro comercial.

-Siéntate, no estés tanto tiempo de pie- Hice caso y me senté, entonces suspiré de alivio, porque sentarme disminuyó un poco mi dolor.

-Kaoru... ¿Por qué estás enfadado? Joder, ¡he ganado al tío que te mandó al hospital! He logrado que no pueda volver a hacer daño a nadie, que ya no tengas que estar triste porque te escriba cosas feas-

-Ese es tu problema, Kojiro, ¡que sientes que tu obligación en la vida es arreglar las vidas ajenas! No tienes que salvarme-

-Pero joder, he logrado librarnos de él, ¿eso no basta para ti?-

-¿¡Y si hubieras perdido?! ¿Y si... Todo por lo que trabajaste por años se hubiera destruido? ¿Y si te hubiera herido de forma grave?-
-Pero no pasó-
-¡Pero te arriesgaste a que pasara solo para dártelas de héroe!-
-¿Y qué debía hacer? ¿¡Ver cómo hace tu vida miserable poco a poco sin hacer nada para evitarlo?!-
-¿¡Te haces una idea de lo miserable que me sentiría si por defenderme perdieras tus sueños?!-
-¿Tú te haces una idea de lo miserable es que mi vida se está volviendo al verte sufrir?- Ambos nos callamos.

No somos una comedia romántica II MatchablossomDonde viven las historias. Descúbrelo ahora