Joe siempre ha sido un mujeriego que va de mujer en mujer, Cherry su amigo desde siempre con el que no parece llevarse demasiado bien, pero todo se liará cuando Joe se de cuenta de sus sentimientos por el pelirrosa, porque ellos se odian, ellos no p...
-Tomad cada uno vuestro billete de avión, ni se os ocurra perderlo porque os juro que os mato- Kaoru abrió su bolsa y tendió a cada uno de nosotros nuestra tarjeta de embarque antes de que entrásemos en el aeropuerto.
Una vez hubimos pasado el control de seguridad nos dejaron pasar a la sala de embarque, donde esperamos hasta que pudimos subir al avión, Kaoru había pagado el viaje a todos, así que estábamos en primera clase.
-¡Joder, los asientos son increíbles!- Reki comenzó a jugar tontamente con los distintos botones que había en su asiento, que tenían diversas funciones como reclinarlo, masajes y cosas así.
La verdad es que era muy impactante, sobre todo cuando como yo después de años de estar acostumbrado a la horrible comida de avión que sabe a cartón la azafata nos trajera langosta y una copa de cava para comer.
-Joe, tienes demasiada suerte, ya quisiera yo un esposo rico que me pague estas cosas- -Me lo he ganado limpiamente después de aguantarle durante veintitrés años- -Coincido- Cherry se puso su antifaz para dormir y se acostó en el asiento, en menos de cinco minutos ya estaba totalmente frito.
Después de unas largas dieciocho horas y media de vuelo llegamos al aeropuerto de Ottawa, en Canadá. Kaoru se había despertado hace unas horas así que no me hizo falta despertarlo, pero me preocupó un poco ver que estaba algo más pálido de lo normal.
-Kaoru, ¿te encuentras bien?- -El vuelo me ha mareado bastante, vamos al hotel a descansar un poco- Todos estuvimos de acuerdo así que cogimos un taxi hasta el hotel y cada uno se dirigió a sus respectivas habitaciones.
Reki y Langa compartían una habitación y Miya y Shadow otra.
Obviamente Kaoru y yo teníamos reservada una enorme suite matrimonial para ambos, con una cama gigante en la que sin duda íbamos a divertirnos estos días.
Nada más entrar a la habitación Kaoru se tumbó en la cama de tamaño king size mientras yo me daba una buena ducha con agua fría para quitarme el olor a mono sudoroso que había desarrollado durante el largo vuelo.
Cuando me sequé y me puse el pijama me tumbé junto a él, que tenía el móvil en la mano.
-Kojiro, posa para una foto- No entendí nada, aún menos cuando Kaoru se colocó el anillo en el dedo del medio y lo levantó frente a la cámara mientras besaba mi mejilla, sin duda una foto caótica.
-¿Para qué es la foto, Kaoru?- -Llevo meses queriendo hacer esto- Kaoru envió la foto a sus padres junto a un precioso mensaje cargado de amor.
Cherry: Mañana me caso con mi querido amigo el maricón, que os jodan🖕
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Ambos comenzamos a reír hasta que nos quedamos completamente dormidos por el cansancio acumulado del viaje.
Al despertar Kaoru ya no estaba junto a mí en la cama, daba mala suerte que viera al novio antes de la boda, o por lo menos eso decía la gente en las películas.
Reki y Langa vinieron a ayudarme a arreglarme a mi habitación mientras Miya y Shadow ayudaban a Cherry.
Yo llevaba un esmoquin de color verde oscuro con una corbata de color rojo granate, mi peinado habitual y unos zapatos mocasines marrones que había dejado relucientes la noche anterior para la ocasión.
-Joder, Joe, estás espectacular- Me miré al espejo, y para qué fingir humildad, estaba simplemente guapísimo.
-Yo creo que a Cherry le gustarías más sin el traje puesto- Me puse rojo como un tomate mientras Reki y Langa reían sin parar por el ingenioso comentario del pelirrojo.
-¿Ya estás listo para irnos?- Asentí y nos dirigimos a la entrada del hotel, donde ya nos esperaba desde hacía unnrato el taxi que nos llevaría a la ceremonia.
-¿Qué se siente a, estar a punto de casarte, Joe?- -Estoy acojonado- Era verdad, mis piernas no paraban de temblar como nunca mientras pensaba en que todo esto era de verdad, joder, que voy a casarme con Kaoru.
Unos diez minutos después legamos al edificio, que era sencillamente precioso, con paredes de cristal y tejados cubiertos de blanca y densa nieve.
Entré a la sala, repleta hasta arriba de flores de cerezo y con montones de sillas que nuestros conocidos ya ocupaban, junto a la silla vacía que había dejado en primera fila, porque yo sé que ella está aquí ahora mismo, viendo cómo me caso con el amor de mi vida y que está orgullosa.
Me quedo de pie junto al altar, con decenas de personas observándome mientras espero los diez minutos más largos de mi vida.
Pero entonces la música comienza y él entra, con un yukata blanco con preciosos bordados dorados y un velo sobre la cabeza, con ese maquillaje que siempre le quedará simplemente increíble y su melena recogida en una larga trenza francesa, con pequeñas flores por todo su pelo, y lloro, porque no me puedo creer que vaya a tener la oportunidad de pasar mi vida a su lado, porque no me puedo creer que él finalmente será mío.
-Hola, Kojiro...- -Estás... Joder... Estás precioso, Kaoru...- Aparto un mechón de su cara con mi mano y él sonríe.
-Tú también...- El juez abre su libro y todos se sientan en sus asientos, entonces empieza a soltar un largo y denso discurso que ni siquiera me molesto en escuchar, porque en estos momentos sus preciosos ojos dorados son lo único en mi mente.
-Kojiro Nanjo, ¿aceptas a Kaoru Sakurayashiki como tu legítimo esposo, en la salud y en la enfermedad, en la riqueza y en la pobreza, hasta que la muerte os separe?- -Acepto...- -Y tú, Kaoru Sakurayashiki, ¿aceptas a Kojiro Nanjo como tu legítimo esposo?- -Sí, acepto- -Pues por el poder que me ha sido otorgado yo os declaro maridos, ya puedes besar al novio- Tomo con cuidado el rostro del que ahora es mi esposo y lo beso con pasión antes de tomarlo entre mis brazos mientras todo el mundo estalla en aplausos.
-Te quiero muchísimo, Kaoru- -Yo también te quiero...- -Somos la pareja perfecta- -Lo somos, aunque no seamos una comedia romántica...-
