Venti camina alrededor de la pista mirando la espalda de Xiao.
Quiere arañar su espalda mientras es penetrado con fuerza por el menor.
Ha pasado una semana desde ese momento de ambos en la ducha, y desde ahí no ha existido un solo día en el que no se ha masturbado pensando en el ojimiel. Lo cual terminaba haciéndole sentirse como un total pervertido.
Pero pesar de todas sus fantasías, consciente o inconscientemente. Su relación se mantenía igual de caótica.
—Si eso es lo mejor que puedes hacer—burlo el mayor. —Te aplastare con todas mis fuerzas.
Xiao ladea su cabeza soltando pequeñas risas irónicas.
—No te cansas de tu parloteo, Barbatos—responde acomodando su cabello mojado para atrás. —Todos los días es lo mismo—afirma acercándose al cuerpo del más bajo. —Y jamás me derrotas.
Venti aprieta sus puños con fuerza.
—Te voy a romper la cara maldito—murmura por lo bajo para no ser escuchado por los demás nadadores.
—Y yo te voy a romper otra cosa, bonito—afirma con una sonrisa perversa en su rostro y recorriendo todo el cuerpo del mayor con la mirada.
Venti desvía su mirada, debido al ligero sonrojo de sus mejillas.
Las bromas sexuales de Xiao cada vez eran más fuertes. Al inicio Venti no flaqueaba, pero después de todas las sesiones que le dedico en donde sus dedos entraban en su trasero y gemía el nombre del más alto. Lo hacían sucumbirse fácilmente.
—Oigan ya están peleando de nuevo ustedes dos.
Ambos regresan su mirada hacia la pista encontrándose con un peliblanco juzgándolos seriamente.
—Ja—dice en voz alta Xiao. —Nada que ver Kazu, solo estamos hablando.
El menor con una mirada malvada pasa sus manos por los hombros del más bajo acariciándolo ligeramente para después llegar a su cintura y apretarla con fuerza.
—Cierto Venti—cuestiono susurrando en el oído del ojiverde.
El nombrado asiente con su cabeza y empuja el cuerpo del más alto.
—Que flasheas, tarado—dice en voz baja jalando la mano de Xiao hasta la ducha del sauna, mientras apretaba sus labios con fuerza.
El ojimiel le devuelve la mirada sonriendo por lo bajo.
Su plan estaba saliendo a la perfección.
Venti había llegado a su límite, cada día sin falta trataba de provocarlo hasta ver a donde iba a llegar y por lo visto su límite llego más pronto de los esperado.
Solo tenía algo en mente "GANAR", y si en medio de su objetivo tenía que aplastar por completo al ojiverde.
Lo haría.
—Qué crees que hago—pregunta de forma vacilante.
Venti aprieta sus ojos con fuerza.
—Joderme, eso estás haciendo—reta empujándolo a la pared fría de los vestidores.
—¿Y?
La rabia empieza a subir por el cuerpo de Venti, no sabía que era lo que más detestaba en ese momento. Si Xiao con su sonrisa vacilante, tratando de provocarlo o la poca distancia que había entre ambos y sus cuerpos desnudos.
Aunque lo último no lo detestaba tanto.
—Hijo de puta—afirma apretando su mandíbula con fuerza. —No, sé que es lo que quieres. O lo que buscas, pero detente de una puta vez.
Xiao quería seguir con su juego.
Quería provocar a Venti hasta el punto que ya no aguante más y pierda. Pero por lo visto los planes de Xiao iban a salir de otra manera.
—Solo hay una forma de detener esto—murmura agarrando con una de sus manos una de las trencitas del mayor.
Venti abre los ojos, perplejo.
—Entrégate, Venti.
Ya no podía aguantar más, Venti ya no era capaz de soportarlo.
Todas las provocaciones, todas las veces en las que el menor lo agarraba o se acercaba para desafiarlo hicieron efecto.
—Vete a la mierda.
Y dicho lo último Venti agarra entre sus labios de manera posesiva y con fuerza los labios del menor con odio y con resentimiento.
Aunque irónicamente no lo odiaba, porque más se odiaba a si mismo por caer con tanta facilidad por él.
Por caer por esos ojos miel divinos que lo iban a devorar sin cansancio.
Xiao agarra su cintura delgada entre sus manos ásperas y ligeramente húmedas para apretarla con fuerza.
—Mierda—murmura cuando el mayor se separa mordiendo su labio inferior.
—Tu empezaste esto, asi que lo vas a terminar, imbécil—reta el ojiverde lamiendo la herida que le dejo en el labio inferior.
Xiao sonríe en afirmación y baja con dureza el traje de baño de Venti dejando al aire libre sus nalgas desnudas y su miembro ligeramente alzado.
—Desde cuando estas excitado—cuestiona de manera vacilante.
—Cállate y apúrate antes que alguien venga.
—Tranquilo, si alguien viene le decimos que tenías un problema en tu trasero y solo se podía arreglar con mi pito ahí.
El golpe de Venti en la cabeza del contario, le hace soltar una carcajada. No podía negar que el ojiverde además de ser jodidamente sexy, también era adorable.
Y Xiao quería comprobar si su rostro completamente destrozado de tanto placer podía seguir manteniendo su mirada adorable.
Las manos grandes del ojimiel jugaban con la cintura del mayor buscando un único punto fijo en el que impulsarse. No quería admitirlo, pero también estaba completamente desesperado.
Aunque no lo pareciere, Xiao no había tenido muchas veces sexo a lo largo de su vida y peor aún con un chico. Pero si se trataba de volver a Venti su juguetito personal, iba a ser todo lo posible para lograrlo.
—Mierda, es más hermoso de lo que esperaba—dijo mirando las nalgas pálidas del más bajo.
—Carajo después dices cualquier cosa, ahora entra de una vez—reclama el mayor completamente ardiendo de la vergüenza.
Xiao no puede evitar soltar una sonrisa.
A pesar de que Venti se veía como una persona muy difícil de llegar, ahora lo tenía prácticamente a su merced. Suplicando por ser penetrado.
Con una tonta sonrisa de victoria, pero a la vez un sonrojo de excitación, fue bajando de a poco sus dedos hasta llegar a la entrada del mayor, un poco temblante y con ligeras tonalidades rojas.
—Al parecer ya estuviste jugando un poco por aquí—avisa riendo mientras pasa uno de sus dedos de manera tortuosa.
El pelinegro arde completamente de la vergüenza. Quedando callado.
—Asi que es cierto—dice riendo por lo bajo. —Estuviste dándote placer a ti mismo en este lugar.
Los dedos de Xiao fueron bajando de a poco mientras soltaba pequeñas risas.
—Haz silencio—reta con la voz firme el más bajo, que rápidamente es callado cuando los dedos del ojimiel entran en su inferior.
Venti era un completo desastre, su cuerpo temblaba de placer entre las manos del menor, a la vez que mecía sus caderas tratando de llegar más profundo.
Y solo podía mantener una única idea en su mente; ser dominado hasta perder la cordura por quien consideraba su mayor enemigo.
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Natación || Xiaoven - Kazuscara Fanfic || Terminada.
FanficSmut Los personajes pertenecen a Hoyoverse, esto solo es una novela de fans para fans...♡