༄𝗔 𝙢𝗼𝙣𝘀𝙩𝗲𝙧 𝗱𝙧𝗶𝙣𝗸𝙨

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Mis ojos fueron abriéndose poco a poco hasta poder ver un cuarto completamente negro tan solo tenía una ventana a lo muy alto de este, aquella estaba pintada de un color para solo dar un poco de luz.

Mis ojos ardían tanto como estaba mareada, mi panza dolía junto a mi cuerpo débil.

Estaba tirada en el piso frío y sucio.
Me levanté y empecé a caminar a vários lados en busca de algo que pudiera ocupar para defenderme de cualquier cosa, ya que, por más que intentará ir hacia la ventana estaba demasiado alta para mí.

Un dolor fuerte en mi panza hizo que me doblará de dolor para caer nuevamente al piso, mi mano en mi vientre, estaba empezando a sudar de dolor, quería gritar pero tenía miedo.

Pasaron unos minutos y yo ya estaba sudando demasiado, el dolor era un infierno, mi panza dolía demasiado como si algo me hubiera hecho mal, ganas de volver el estómago iban y regresaban en todo momento.

-¡Ayúdenme por favor!- mi grito sonó en toda la habitación golpeado la puerta con la poca fuerza que llegue a tener.

No pasó mucho tiempo para que se escucharán pasos duros yendo hacia la habitación, la mirada de Thomás y la mía quedaron fijas.

El corrió hacia mi para levantarme de el piso y sacarme rápidamente de el cuarto.

-Vamonos al hospital.- hablo serio bajando las escaleras.

-Mierda, no, ¡no podemos!- grito Marcus tras el.

-Callate y sígueme imbécil.- al llegar a la puerta, este salio rápidamente subiendome a su auto acomodando el cinturón.

El dolor empezó a desaparecer pero mis ojos empezaban a debilitarse, mi cuerpo sentía caer, quedé rendida en los brazos de aquel hombre...














Tom:

Habían pasado horas desde que había pasado todo, Bill me había tratado de explicar todo, mi cabeza dolía.

Lo único que recuerdo es que se llevaron a Megan dos hombres que no pude ver la cara pero sabía de quien se trataba "Thomas y Marcus" pero la pregunta era, ¿Por qué? ¿Por qué llevarse a Megan? Claro si pensaban que iría al rescate por ella, estaban mal.

Era una perra, tal vez ella se lo ganó y no me importaba lo que le pasaba, o eso decía, cuando la llevaron quise detenerlos pero era claro que no podía ni por más que me esforzará para ayudarla.

Cuando la llevaban en brazos algo en mi hizo sentirme mal, como si algo me faltará, como si ella tuviera un vínculo junto a mi.
Como si hubiera algo que nos hiciera estar juntos por siempre.

No quería pensar mal, solo estaba en mi cuarto recostado mirando hacia el techo, pensando en todo, en como los chicos podían estar bien..

Bill estaba completo de moretones en todo su cuerpo, sangre por todos lados.

Georg había peleado mucho más, tenía cortadas en su cara, eran pequeñas pero me dolía ver como este estaba lleno de sangre por toda su cara.

Gustav tanto como moretones como cortadas, sangre en su cuerpo, sus nudillos rojos de los golpes que había dado.

¿Yo? Como un imbécil, tirado en un cuarto, sin ningún rasguño, nada.

Un toque en mi puerta hizo salir de mis pensamientos, permití que pasará aquella persona para poder ver a Bill, este llevaba una computadora en sus manos acercándose a mi lado, sentándose en la orilla de la cama.

-La encontramos Tom- su voz sonó temblorosa al decir eso.

-¿Quién?- me acomode en la cama quedando bien a su lado mirando la computadora, había números, direcciones y más.

Differents Souls[Tom Kaulitz]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora