Strangers to Lovers || Implied Mpreg || Fluff || Romance
Abril 2018. Primera clase del Boeing 777.
Max miraba por la ventana del avión, observando todos los movimientos que sucedían en la pista tratando de calmarse. Se mordía la uña del pulgar y movía frenéticamente su pierna derecha, haciendo todo lo posible por mantener la calma.
El avión estaba casi a su máxima capacidad y gracias a Dios no había nadie sentado a su lado.
Se sintió aliviado porque temía que alguien lo viera tan nervioso por los vuelos. Nadie debería mirar a Max Verstappen, Mad Max con miedo.
Nadie lo sabía porque volaba en el jet que había comprado 2 años antes, pero esa vez hubo algunos problemas de último momento y Max no tuvo otra opción más que tomar un vuelo comercial. Quería matar a su equipo.
No tenia nada en contra de los vuelos comerciales, simplemente no quería que la gente se diera cuenta de que el piloto de Red Bull F1, Max Verstappen, tenía miedo a los vuelos.
Cerró los ojos y empezó a contar hasta diez cuando todo se estaba preparando para el despegue, y encontró su lugar de paz concentrándose en otra cosa. Entonces sintió algo rozar su brazo y ruidos interrumpieron su momento de paz.
— Lo siento.— Escuchó una voz masculina con un fuerte acento y sintió una colonia terrosa llenando sus fosas nasales. Abrió los ojos para descubrir lo que estaba pasando.
Mierda.
Al parecer no iba a sentarse solo, simplemente el pasajero había llegado tarde y era realmente atractivo.
Cabello oscuro, piel bronceada, pecas en el rostro y una sonrisa amable.
Mierda. ¿Por qué me voy a asustar por un vuelo al lado de él?
— Está bien, no te preocupes.— Dijo.
El hombre asintió mientras se abrochaba el cinturón de seguridad y colocaba su mochila de cuero en el lugar que le correspondía. Tenía esa vibra elegante/intelectual con su camisa blanca con botones, su cárdigan gris y sus pantalones caqui.
— Soy Sergio por cierto, ¿y tú?
¿No sabe quien soy?
Sintió que el alivio llenaba su cuerpo.
— Max.
— Encantado de conocerte, Max.
Él solo asintió porque el avión comenzó a moverse, preparándose para el despegue. Cerró los ojos fingiendo que tenía sueño, como lo hacía cuando lo acompañaba alguien en su jet y no quería que la gente se diera cuenta de su miedo.
— No te gustan los vuelos, ¿eh?
Al parecer, el hombre podía leerlo con facilidad y esa fue la primera vez que Sergio adivinó algo sobre él que no quería contar.
— Un poco.— respondió.
— Bueno, deberías distraerte, eso ayudaría.
Max abrió los ojos y le dirigió una mirada interrogante.
Después de eso, pasó las siguientes 2 horas y 4 minutos en el avión hablando con Sergio. Sobre todo y nada, convenientemente omitió el hecho de que era piloto de F1 cuando se preguntaron a qué se dedicaban, solo dijo que estaba en la industria del automovilismo.
Sergio era un autor best seller de novelas de misterio y viajaba tratando de encontrar inspiración para su próximo libro. Era mexicano y le encantaba conocer lugares nuevos.