Quien soy yo

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Criado sin conocer a mis padres, me forjé en un entrenamiento implacable, sin entender su razón. Mi origen permanece en la oscuridad y, aunque fui cuidado, se me prohibió llamar "padre" o "madre" a aquellos que me criaron. En la cúspide de la adolescencia, con mis 16 años, provengo de una aldea oculta cuya existencia apenas supera el rastro de la Cuarta Guerra Shinobi. Nuestra presencia se esconde astutamente entre las fronteras del País del Fuego y el País del Viento.

En mi aldea, las enseñanzas carecían de moralidad; el asesinato era tan común como respirar. Desde temprana edad, fui instruido para eliminar cualquier obstáculo, sin importar si se trataba de un niño o una mujer. La aldea se especializaba en trabajos de mercenarios y cazarrecompensas, y yo era solo una pieza más en ese siniestro engranaje. Personas llegaban con los ojos vendados, solicitando servicios para conspiraciones y actos de violencia. Mi, aldea,  asignan misiones, en un sistema de clasificación de 6 niveles, que van desde capturar a ladrones bajo nivel hasta orquestar golpes de Estado.

Las lágrimas que he derramado, cargadas de sangre y sufrimiento en cada misión, marcan mi recorrido por esta vida atroz. Hace poco, escuché que los fondos para mi cuidado habían cesado. La incertidumbre me corroe: ¿quién me ha respaldado hasta ahora? ¿Por qué no me rescataron de este infierno? Mis cuidadores mencionaron mi herencia Uzumaki y Haruno, explicando mi entrenamiento brutal y como sobrevivir a todo eso. Si bien agradezco esos genes que me mantienen con vida, anhelo desesperadamente venganza por el abandono que sufrí.

Mis días transcurren buscando escapar de esta aldea, la única salida parece ser la muerte. Durante una misión reciente, me encontré con un joven que me resultó sorprendentemente familiar, como si algo en mi interior lo reconociera de algún modo, como un susurro en el oído. Además, tuve el placer de conocer a una encantadora joven que llevaba el símbolo del clan Uchiha en su espalda, un detalle que no pasó desapercibido para mí. Aunque solo pude observarlos desde la distancia, las historias que había escuchado sobre los Uchiha despertaron una profunda intriga en mí.

A medida que el tiempo avanza, me encuentro enredado en la trama de esta historia. Los caminos que cruzo, las personas que conozco, todo me lleva a una verdad, qué anhelo descubrir: ¿quién me abandonó? Mi búsqueda de venganza impulsa mi determinación, mientras lucho por liberarme de las cadenas que me atan a esta aldea sombría. La salida parece un mero sueño, pero estoy decidido a alcanzarla, cueste lo que cueste.

La madrugada caía, envuelta en una densa neblina que teñía el aire con un olor a sangre. Me incorporé de repente, como si una fuerza invisible me hubiera golpeado en el estómago. Salí de la cama con rapidez, agarrando una kunai oculta que tenía bajo la almohada, mis instintos asesinos alerta. Con sigilo, salí de mi cabaña, sintiendo cómo mi corazón latía con intensidad. Al contemplar lo que me aguardaba afuera, un torrente de lágrimas brotó de mis ojos, recordando que había pasado muchos años desde la última vez que había sentido humedad en ellos: la aldea que alguna vez conocí yacía en un estado de masacre, con cuerpos empalados y cabañas reducidas a cenizas y ruinas. La desolación me embargó, pues no sabía qué horrores habían ocurrido en la noche. A pesar de la inminente aurora, En la distancia, percibí una voz familiar, un suave susurro que atrajo mi atención. Era una de mis cuidadoras, una mujer con un parche adornado con el logotipo de una calavera. Su mirada transmitía serenidad, como si hubiera presenciado mucho, y estuviera simplemente aguardando el momento adecuado para despedirse de este mundo.

Me apresuré a acercarme a ella, encontrándola en el suelo. Su cuerpo llevaba las marcas de la batalla, cortes de una katana y kunais incrustadas en brazos y piernas. A pesar del dolor, sus palabras resonaron débilmente.

Cuidadora: "Mi pequeño Skyred, mi cielo rojo... Hemos sacrificado nuestras vidas por ti. No creas que estabas solo, por eso te entrenamos. No es cierto..." —sus palabras se entrecortaron por la sangre que escapaba de sus labios, y con manos temblorosas retiró las kunais de sus extremidades.

Skyred: "Me gustaría sentir tristeza o llorar en este momento, pero hace tiempo que esos sentimientos se marcharon. Perdón, Lady King..."

Cuidadora: Lo lamento... lo entiendo. Por eso te ruego que me perdones por todo. Sabías que tenías que ser fuerte para sobrevivir en este mundo shinobi. Lo siento por hacerte creer antes de tiempo. También te imploro que lleves a cabo un ritual. No deseo seguir sufriendo. Concede mi descanso eterno.
Con una kunai en mano, levanté la vista hacia el cielo que se tornaba rojo, y murmuré unas palabras en silencio. Mientras el cielo se tiñó de ese tono, le advertí: "Cuando el cielo se vuelva rojo, no salgas, pues estaré cazando. No quiero cazarte, eres inocente, pero eso ya no importa." Luego, con una acción rápida y determinada, hundí la kunai en su corazón.

Cuidadora: "Gracias..." —dijo, mientras lágrimas de sangre caían de sus ojos.

Después de enfrentar ese desgarrador momento, enterré a los caídos y reduje las cabañas sobrevivientes a cenizas. En ese acto, parte de mi esencia también se apagó. Ahora, mi ser ardía en busca de venganza por aquel que arrasó con mi hogar. Pero primero, necesitaba encontrar un lugar para vivir y obtener información sobre mis orígenes y el perpetrador de esta tragedia. Mientras silbaba una melodía triste y lágrimas de sangre brotaban lentamente, partí hacia un destino incierto.

El Secreto Oculto de Naruto y Sakura: Su Hijo Perdido(Borrador Y Cancelando)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora