una conversación un poco incómoda

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Continuaba conversando con la Kunoichi, mientras compartíamos detalles sobre mi relación con Frost. Le expliqué que no estábamos casados, que simplemente éramos compañeros y que la estaba cuidando. También le mencioné que me llamaban Sky Red debido a cuestiones personales, y que el nombre de la chica era Frost, que le habían puesto ese nombre porque nació en un invierno muy hermoso.

Kunoichi- Pensé que estaban casados porque viven juntos. Dijo eso mientras hacía algunos gestos con las manos.

Frost - No, ja, ja, ja. Aunque tal vez en el futuro, quién sabe. ¿Qué dices, Sky Red? - Me lanzó una mirada que no entendí en absoluto. Mis pensamientos se volvieron confusos y las indirectas no me decían nada.

Continué explicándole que nos habíamos mudado a Konoha hace apenas unos meses. Sin embargo, todavía tenía dudas en mi mente sobre si esto podría ser una trampa para llevarse a Frost. En ese momento, Frost ofreció un vaso de agua a la Kunoichi, pero ella lo rechazó, alegando que tenía prisa debido a otros asuntos importantes. Sin embargo, hizo una solicitud inusual que nos dejó incómodos.

Kunoichi- ¿Te puedo abrazar? Siento que tienes algo de suerte, siento que me transmitirías esa suerte. ¿Puedo abrazarte? Mientras extendía sus brazos hacia mí.

Rechacé la solicitud y me disculpé, explicándole que no me gustaban los abrazos, ya que no me habían enseñado a darlos. Le pedí disculpas nuevamente y le extendí mi brazo para darle un saludo como una forma alternativa de despedida.

Kunoichi - Entiendo perfectamente. Perdón por pedirte eso, no volverá a suceder, creo. Bueno, gracias por tu recepción. Ella aceptó mi saludo y sentí su mano cálida y suave. Aunque experimenté un sentimiento extraño, algo que había reprimido durante mucho tiempo: la tristeza.

Después de esa conversación un tanto incómoda para mí, la Kunoichi se marchó sin decir una palabra más. Luego, le pregunté a Frost sobre la indirecta que hizo y la pregunta sobre si éramos esposos.

Frost - Ja, ja, ja, no te preocupes, Sky Red, solo fue una pequeña broma, nada más. Pero, ¿no te pareció extraña la visita de una Kunoichi? A mí me pareció muy rara. - Mientras esbozaba una pequeña sonrisa.

Le respondí que sí, que había sido extraña, pero que al final no había ocurrido nada malo. Le expliqué que mi crianza me había enseñado a no confiar en nadie, ni siquiera en familiares, y eso era algo difícil de cambiar.

Regresamos a ver la televisión por un rato y, llegada la noche, nos retiramos cada uno a su habitación.

Pasaron varios días desde la visita de la  Kunoichi. Regresaba de una misión, pero esta vez no era para capturar a un ladrón de bajo nivel, sino para enfrentar a un asesino serial que había asesinado a una familia adinerada. Un pariente de las víctimas buscó venganza y se enteró de mí. Me envió un pergamino solicitando mis servicios con una buena cantidad de dinero. Sin embargo, esta misión resultó ser una de las más peligrosas en las que había estado. Sangrando por el brazo izquierdo y con heridas en el rostro, caminaba lentamente por el bosque. El veneno que me habían administrado estaba surtiendo efecto. Pero por suerte, Frost salió a caminar por el bosque y me encontró.

Frost acarició mi rostro suavemente - ¡Sky Red! ¿Qué te ha pasado? Estás gravemente herido. Voy a buscar a los médicos para que te lleven al hospital.

- No te preocupes, Frost. Esto no es nada. No te vayas si muero hoy. Solo quiero contemplar tu bello rostro antes de cerrar los ojos. - Decía, luchando por mantenerlos abiertos.

Frost corrió hacia Konoha en busca de médicos mientras yo recordaba la peligrosa misión que acababa de completar. Atravesaba el bosque con rapidez y decidí invocar al tigre dientes sable para que me ayudara a rastrear al asesino.

Diego - Hola, Sky Red. ¿Qué necesitas? Veo que tienes prisa. ¿A dónde te diriges? ¿A quién vas a cazar?

- Ya sabes, Diego, necesito tu agudo sentido del olfato. Estoy persiguiendo a un asesino serial  por  venganza. - Le hice oler un poco de la sangre del asesino.

Diego olfateó y activó sus instintos felinos - Se fue hacia el norte. No está muy lejos, pero hay algo extraño en esto. No te confíes.

- Gracias, Diego. Ya tienes todo lo que necesitas. Puedes irte. Sabes que nunca me confío. - El tigre dientes sable desapareció instantáneamente. Continué caminando hacia el norte y no pasó mucho tiempo antes de que estuviera a medio camino. Sin embargo, el asesino no era tan ingenuo. Había colocado varias trampas y kunais lanzadas desde diferentes lugares, pero logré esquivarlas fácilmente. También intentó ocultar su olor, pero aún podía rastrearlo cerca. Él seguía saltando entre los árboles con gran rapidez, tratando de separarse de mí y hacer que me perdiera en el bosque.

- ¿A quién has enviado? ¿Un niño? No podías contratar a un adulto, ¿verdad? - Escuché una voz saliendo de algún lugar.

- ¿Quién es el que se esconde? Sabes por qué estoy aquí. Sal y terminemos esto rápido. - Le respondí mientras hablaba con el bosque, tratando de determinar la dirección de donde provenía esa voz.

El Secreto Oculto de Naruto y Sakura: Su Hijo Perdido(Borrador Y Cancelando)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora