CATHERINE
— Ven conmigo, tú puedes volar —. Ese unicornio decía que podía volar, pues porqué mentiría.
— ¡Puedo volar! —
Y salté.
Claro que podía volar, de mi cama al piso.
Me levanté del piso y sacudí mi pijama, gruñí por lo bajo sabiendo que era del tipo de personas que con el más mínimo golpe la piel se teñía de moretones. Solía tener sueños algo alocados y en repetidas ocasiones me habían dicho era sonámbula, eso explicaba porque terminaba despertando de las maneras más raras posibles.
Volví a acostarme en la cómoda cama mirando la pared vacía como si fuera la mejor obra de arte, giré mi rostro hacia la ventana y suspiré una vez más, el día parecía ser frío y oscuro, como si una fuerte tormenta se acercara a la ciudad. Recordé que ésta era la mejor época del año.
Amaba el invierno. Me gustaba sentir el frío calar mi huesos y la manera en la que un buen café se podía disfrutar en cualquier momento del día. Mi hobbie preferido en esta época del año era pasar la mayor parte de mis tardes acostada viendo series o simplemente escuchando música.
Una vez que la pereza había abandonado mi cuerpo decidí darme una ducha e intentar acomodar el nido de pájaros que se encontraba en mi cabello. Tomé el uniforme que era lo único colgado en el amplio y vacío armario, aún no había tenido tiempo para desempacar.
¿Voy a un Instituto o prostíbulo?
Ese fue mi primer pensamiento al ver lo corta que era la falda, e incluso la camisa era corta, ajustada y trasluciente.
— No me pondré eso — negué una y otra vez viendo los horribles zapatos escolares negros, los tomé y abrí la ventana caminando hacia el balcón. Desde allí miré los zapatos y luego la casa de mi nueva vecina, no lo pensé más y los lancé arriba del techo de su casa.
¡Buen viaje!
Espero que la vecina no se enoje por tirar mis zapatos en su techo a las siete de la mañana.
¡Ups!
— ¿En qué caja estaban mis bebés? — me reí al darme cuenta que estaba hablando sola. Lunática.
Pensé una vez más buscando con desesperación a mis bebés, revolví tirando toda mi ropa y zapatos en busca de ellas. Me giré sobre mis talones y las vi allí, haciéndome burla. Por ¨mis bebes¨ me refería a mis Converse blancas, a pesar de que tenía más pares de zapatillas solía usar esas hasta que no le entrasen una gota más de suciedad.
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Eternos I: Suya por la eternidad. (+18) |EDITANDO|
VampireÉramos dos almas destinadas a una eternidad en el infierno. [Era suya por la eternidad.] ×××××× Puesto: #3 en categoría Vampiros 18/01/16 ° Esta obra es mía. ° (+17) Violencia, contenido adulto, escenas sexuales. Queda a tu cargo leer. °Ésta novel...