CATHERINE
— Que buena broma... — solté una risita nerviosa a la espera de que él también se riera, de que me diga que todo era una broma y que había una cámara oculta, pero no, solo estaba ahí conduciendo lo más serio posible sin ningún rastro de diversión —. No es una broma... ¿verdad?
— No me gustan las bromas.
¿Es que le duelen tanto los músculos de la cara como para no reír? Antipático
— Pues a mí tampoco, y esta es una de mal gusto. Quiero ir a mi casa.
Mi corazón iba a mil por horas ¿A dónde quería llevarme? Mi mente como siempre ya había creado una recreación de lo que pasaría, tal vez me violaría y me mataría, me tiraría a un rio, luego me comerían las pirañas y me usarían para hacer sushi.
— ¿Puedes calmarte un poco? Parece que tu corazón va a mil por hora — hizo una mueca, dejándome algo desconcertada —. Además te lo acabo de decir, no me gustan las bromas Catherine.
— Y yo te acabo de decir que quiero ir a mi casa.
— A mí no me dan órdenes — me miró frustrado —. Haremos lo que yo quiera, así que cierra tu boca.
Me quedé sorprendida, bueno en verdad no, solo que eran muy raros sus cambios de humor y me costaba acostumbrarme a sus insultos, aunque yo fuese la persona más boca sucia, nunca me había encontrado a alguien aún peor que yo.
— ¡A mí no me hablas así! Tú no eres nadie.
Vi como todo su cuerpo de tensó y de un momento a otro había aparcado al costado del camino de tierra, giró su rostro y pude ver como en él solo había ira. No dijo nada solo bajó del auto, lo rodeó llegando a mi puerta y luego la abrió sacándome de él de en un tirón.
— ¡Oye! —. Traté soltarme de su agarre —. Me lastimas.
Me estaba tomando muy fuerte de la mano y no dudaría que mañana tenga una marca, hice una mueca de horror tratando de evitar llorar, por más que gritase, él simplemente no escuchaba mis suplicas.
— Alec... me lastimas.
Traté de contener un sollozo. Estaba asustada, y por mucha atracción que sintiese por su persona, no lo conocía de nada, no sabía lo que él era capaz de hacer.
— Ya, cállate.
Empujó mi cuerpo con suficiente fuerza como para que estrellase contra el tronco de un alto pino, sentí como mi columna vertebral chocó contra éste, al igual que mi cabeza, dejándome completamente aturdida.
Abrí mis ojos con pesadez y llevé mi mano hacia mi cabeza sintiendo como la sangre brotaba de allí, elevé mi vista y me encontré con un par de ojos oscuros mirándome fijamente pero ellos solo transmitían ira y furia, en ellos no había compasión alguna. Éste no era el Alec que creía conocer, prefería mil veces el frio que siempre me robaba algún beso con sus cambios de humor, que éste que tenía en frente de mí.
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Eternos I: Suya por la eternidad. (+18) |EDITANDO|
VampireÉramos dos almas destinadas a una eternidad en el infierno. [Era suya por la eternidad.] ×××××× Puesto: #3 en categoría Vampiros 18/01/16 ° Esta obra es mía. ° (+17) Violencia, contenido adulto, escenas sexuales. Queda a tu cargo leer. °Ésta novel...