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CATHERINE

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CATHERINE


Coloqué la llave en la cerradura y entré a mi casa sintiendo la soledad abalanzándose sobre mí.


Flashback:

Me había despertado cansada, no tenía ánimos para nada y estaba decaída físicamente y mentalmente. La discusión con Alec me había afectado más de lo que debería y el hecho de no haberlo encontrado en casa, como todas las noches luego de la partida de Aarón, no había ayudado. Mi estado era deprimente; con grandes ojeras, piel pálida y con morados, mis párpados pesaban como dos bolsas de cemento y mi cuerpo simplemente no respondía.

Sabía lo que significaba.

Luego de hacer todo lo que debía salí de casa hacia la Universidad, al llegar vi el auto de Alec y de Brent estacionado en donde siempre. Estacioné tomando una bocanada de aire y bajé acomodándome el uniforme. Al pisar el interior del establecimiento vi a los hermanos Levinson hablando y riendo por alguna tontería de Brent, incluso Alec reía, lo que hizo que mi ceño se frunciera.

— Hey... ¡Hola! — traté de sonreírles mientras me acercaba.

— Hola... — saludó incómodo Brent luego de mirarme y voltear su vista a Alec quien se había puesto con su celular.

— ¿Todo bien?

Ninguno de los tres respondió, sólo Brent y Joseph se limitaron a asentir mirándome arrepentidos.

— ¿Es que le han comido la lengua los ratones? — pregunte ya harta del incómodo silencio — Ohh ya lo sé... me están ignorando.

— Pero qué inteligente eres —. Me congeló escuchar su voz, pero no por la sorpresa de que hablara, sino por lo gélida que era. Su rostro estaba neutro, sus ojos negros y sin expresión, y sus labios formaban una línea recta.

— Y tú un Idiota — respondí intentando aparentar que no me afectaba todo aquello —. ¿Es el nuevo juego? Ignoremos a Catherine, saben que váyanse a la mierda. Y ustedes dos son igual de mierda que él — apunté a Alec mientras Brent y Joseph me miran sorprendidos —, y tú eres igual o más estúpido de lo que creía, es un asunto nuestro, no hacía falta que le digas que no me hablen...

— Si no te hablan es porque no quieren. ¿No crees?

— Vente al infierno — apreté mis puños —. Quería solucionar todo, pero me hacen un favor al desaparecer de mi vida.

Fin del Flashback.


Y así nos habíamos ignorado por dos semanas, o bueno yo los ignoraba. Brent había intentado hablar conmigo en algunas clases, pero simplemente lo ignoré. Ellos comenzaron el juego y para su desgracia yo era mucho mejor jugadora, y si no me creían debían preguntarle a mi madre. Joseph también había venido con Gab a mi casa, ya que ella lo había traído de las orejas -literal- para disculparse diciendo que Alec los había obligado a no hablarme más pero lo ignoré cerrando la puerta en su cara luego de decirle a Gab que no traiga a escorias a mi casa. No me interesaban sus disculpas. Alec seguía igual de distante, aunque algunas veces lo sorprendía mirándome a lo que luego me miraba con su típica expresión de frialdad. Había noches en que quería llamarlo y pedirle perdón... pero el orgullo era mayor que lo que sentía por él. Ambos estábamos enfadados y necesitábamos tiempo, aunque lo prefería lejos de mi vida o eso intentaba decirme todo el tiempo. Tal vez si lo quería en mi vida, pero era lo suficientemente orgullosa como para seguir deprimida, con grandes ojeras y más pálida e histérica de lo normal.

Eternos I: Suya por la eternidad. (+18) |EDITANDO|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora