ALEC LEVINNSON
Era algo tan espléndido verle caminar por el salón con su rostro serio y sus ojos fijos en los míos, su corazón lo podía escuchar cualquiera de los presentes y la manera en que su sangre bombea con rapidez, también. Los ojos de todos estaban fijos en cada uno de sus pasos y en los movimientos de su cuerpo, parecía como si Andrea hubiera hecho que el tiempo pasara cada vez más lento, porque para mí era una eternidad lo que tardaba en llegar. El vestido era sin dudas perfecto y la hacía ver una mujer seria y decidida, aunque los que la conocíamos bien, sabíamos que sólo era una niña loca y algo inmadura. Daba algo de celos ver como la mayoría de los hombres la veían con lujuria, mejor dicho como un trozo de carne al cual devorar, incluso yo mismo llegué a pensar por un segundo en quitar aquel vestido y hacerla mía hasta el cansancio.
Me paré de mi asiento callando todos los pequeños murmullos, más que nada el de las mujeres cotillas, y acomodé mi traje, ansioso de que por fin llegara a mi lado. Con una sonrisa ladeada, solo para ella, estiré mi mano hacia Catherine y la ayudé a subir los pequeños escalones hacia los tronos. Catherine aceptó mi ayuda y la guíe hacia su asiento, ella acomodó su vestido y se sentó delicadamente y minutos después le seguí yo, cogiendo su mano con fuerza.
— Damas y Caballeros — la fuerte voz de Isacc se hizo presente en todo el salón —, es un placer anunciar a su nueva Princesa y próxima Reina de nuestra especie — hizo una pausa mucho más larga de lo que parecía —, Catherine Cilla Brennan.
Giré mi rostro viendo como Catherine arrugaba su nariz en un gesto de disgusto al escuchar su segundo nombre, un gesto tan desapercibido que solo pude apreciar yo. Una oleada de aplausos se escuchó por todo el enorme salón y minutos después fueron apagados por mi voz:
— Me complace anunciar que ésta mujer de aquí — anuncié levantándome de mi asiento y extendiendo mi mano para que Catherine se colocase a mi costado —, es mi alma gemela y la mujer por la cual daría mi vida, tal como ustedes a partir de este momento deberán hacerlo, la nueva Princesa del clan "Royal Blood." Y próximamente su Reina, Catherine Brennan.
Isacc apareció enfrente de nosotros con un aterciopelado cojín rojo en manos y encima suyo la frágil corona, guardada por cientos de años por su gran importancia para los Vampiros. Quien portaría aquella corona sería la próxima reina de los vampiros, y tendría el mismo o mayor poder que el rey. Todos los pequeños diamantes de la corona eran parte de un hermoso collar de nuestra primera creadora, la madre de todos los vampiros.
Isacc se colocó enfrente mío con el cojín y haciendo una leve reverencia, una vez que agarré la corona entre mis manos dió un paso hacia atrás y volvió a su puesto. Me giré hacia Catherine quién se inclinó levemente para que pudiera tener más accesibilidad. Coloqué lentamente la corona en su cabeza y una vez puesta Catherine enderezó su cuerpo mirando a todos los presentes. Gemidos de admiración se escucharon por todo el salón y luego todos los presentes nos apoyamos sobre nuestras rodillas en un gesto de alabanza.
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Eternos I: Suya por la eternidad. (+18) |EDITANDO|
WampiryÉramos dos almas destinadas a una eternidad en el infierno. [Era suya por la eternidad.] ×××××× Puesto: #3 en categoría Vampiros 18/01/16 ° Esta obra es mía. ° (+17) Violencia, contenido adulto, escenas sexuales. Queda a tu cargo leer. °Ésta novel...