Capítulo 3

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Sea lo que sea que estaba molestando a Link, no era cualquier cosa.

- No. - De todas las cosas, esto era lo último que se imaginó que podría pasar. - Link, conmigo. - Todos los demás podían arreglárselas, podían burlarse y quejarse todo lo que quisieran. - Link. - Llamó de nuevo, queriendo salir de allí antes de que la situación empeorara.

De todas las cosas que espero que pasaran, no fue despertar para encontrarse con otro guardia en la puerta en lugar de Link. Menos tener que indagar aquí y allá para descubrir que, por alguna razón no dicha, a Link se le había hecho tarde volver del entrenamiento matutino. No tenía idea de que tenía entrenamiento, o mejor dicho no se le pasó por la cabeza que tuviera tiempo para entrenar fuera de las horas que pasaba con ella. Tenía sentido que aún entrenará, y no solo en tiempos libres en dónde descansarán cuando viajaban.

Lo que no tenía sentido era que se le hubiera hecho tarde, y mucho menos llegar al sitio y encontrarse con varios caballeros abajo, golpeados y ensangrentados en algunos sitios. Molestos, y divertidos también. En medio de todo eso, estaba Link, con su propia gama de heridas y dando el aspecto de estar en medio de una pelea larga. Esa vista era lo mismo que verlo vivo, ver la furia de una persona en un arte mortal. Pero no era contra monstruos o asesinos, era contra...

- Link. - ¿La estaba desobedeciendo?, ¿ahora?

Un bufido seguido por una risilla burlona le puso la piel de gallina. No fue una sorpresa para ella ver a su caballero ajustar su espada en advertencia, su mirada fija en otro guardia. Esto no era un combate de entretenimiento, no era siquiera un verdadero combate. No era uno contra uno, o con las precauciones apropiadas. ¿Acaso esto era usual?

- ¿Qué está pasando aquí? - Oh no. Problemas.

- Lo de siempre, capitán. - ¿Lo de siempre? - El elegido no mide su fuerza, ¿recuerda? - ¿Acababa de oír eso correctamente?

- Link. - Eso sonó tan cansado que le dijo todo lo que necesitaba saber.

Era perfectamente normal que fueran varios contra su caballero, era perfectamente normal que, a pesar de eso, Link barriera el piso con ellos. No era lo correcto.

- ¿Qué hicieron ahora? - ¿Uh? - Link nunca sale de su rutina, ¿o acaso la princesa está aquí desde el inicio? - El hombre se había apretado el puente de la nariz y parecía estar pidiendo paciencia internamente. - Y Link, sabes que está estrictamente prohibido que levantes esa espada en contra de tus compañeros. ¿Se te olvido cual es el castigo de eso? - Pero... ¿qué arma iba a usar?, no veía nada a mano en buen estado.

De hecho, ahora que se fijaba, el lugar estaba vuelto un lío, como si... Oh.

Abrió la boca para volver a llamar a su caballero, para ordenarle dejar esto, seguido de demandar una explicación en privado, pero no llegó lejos con sus intenciones. No había mucho en lo que pudiera ayudarle, no con la guardia, pero era obvio que-Miau.

- Por la diosa...

- ¿Eso fue un...? - El sonido se repitió, justo a tiempo para ver a su caballero levantar esa espada en contra de los oponentes que le quedaban.

- Todos ustedes, un mes completo de doble entrenamiento. - Eso fue rápido, increíblemente rápido. - ¿Qué esperan?, largo.

Cualquier cosa que esperó no fue lo que siguió. Era, probablemente, lo más inesperado que se hubiera encontrado con respecto a Link.

°•°•°•°•°•°

-... un problema, sabes perfectamente que no están permitidos animales aquí. - No se molestó en responder, asegurándose que ambos felinos estuvieran bien. - Si fueras más abierto con ellos esto no estaría pasando Link. - Aparte de mojados, no veía heridas.

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