Extra 1 (1/4)

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-...na idea de en dónde estamos? - ¿Viajeros?, ¿ahora?

Mientras no le hablaran, mientras no le pidieran nada, todo estaría perfectamente bien. Sería perfecto, porque no tenía tiempo para otras cosas. Zelda lo estaba esperando, más bien se le hacía tarde como era.

-... habrán metido los otros, qué problema. - Una de sus orejas tembló tan pronto oyó esto.

Tomó sus cosas lo más rápido que podía y comenzó a guardarlas. No se iba a quedar allí, no iba a ser el guía de nadie y mucho menos iba-

- Buenos días, ¿podría decirnos en dónde estamos por favor?, verá, estamos un poco perdidos. - Si, se iba, y se iba ya.

- Claro, no hay problema, ¿bananas? - Ah. Cierto. Rayos.

Si volvía lleno de sangre otra vez Zelda tendría un ataque pensando que era la suya y no de alguien más. Sin un buen baño no se quitaría, y sin-

- Eh, ¿no? - Gracias a las diosas...

- ¿Por qué bananas?, en serio, ¿por qué bananas? - La segunda voz, que era de un niño, casi lo hace reír ante la exasperación.

- Oh, nada. - Al menos no era Yiga. En fin, era hora de irse y pretender que nada estaba pasando. - Están en el establo más cercano a la Montaña de la Muerte, ¿puedo preguntar a dónde van? - A ningún lado que le importará.

Ahora, en donde dejo la tabla, por las diosas, en dónde dejo la tabla...

- Lo más cercano a un castillo. Verá, nuestro grupo se dividió por accidente y pues, algo llamativo debería de servir de referencia, ¿no cree? - Una risilla nerviosa.

- Time nos va a regañar a todos por no elegir otro punto de referencia, sabes.

¡Ajá!, ¡allí estás!

- Ah, si no está demás preguntar, ¿algún-

Suspiró profundamente al verse en casa. Si iba a ayudar a todo el mundo y a la mascota, que fuera otro día. Hoy estaba fuera de servicio, muchísimas gracias.

- ¿Link?, ¿ya llegaste? - Sabía que se había tardado demasiado.

- Perdón por la demora. - Había sido un suplicio. - ¡Mira lo que conseguí!

La sonrisa de oreja a oreja y los ojos chispeantes valían la pena cada minuto de tortura escalando ese muro húmedo. Cada segundo.

°•°•°•°•°•°

-... y como quieres que lo tome?, nos acaban de decir que murió hace 100 años. - Y los habían amenazado con una bonita sonrisa y objetos afilados debajo de la mesa.

Había tocado un tema sensible que no se debía tocar por lo visto. Diosas, habían sido amenazados sólo por preguntar por el elegido de esta tierra. Ni eso, había preguntado por rumores.

- No creo que esté muerto, Hylia no nos traería a buscar a alguien que no está. - ¿Y ese no era el problema?

- Wind, no te lo tomes a mal, pero no tenemos ninguna seguridad en que no nos tiro aquí para solventar otra cosa y ya. - No les había dicho nada. Nunca les decía nada.

Desearía mil veces estar en su casa sin preocuparse por nada ni pelear más, pero una diosa dijo que no y lo había lanzado a esto sin decir una palabra. Y los demás aparentemente también habían pasado por lo mismo. Y luego se preguntaba porque el ambiente suele ser sombrío, aparte de que nadie sabe cocinar, excepto para crear monstruos en el caso de Sky y Hyrule.

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