Capítulo 6

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Todo estaba bien, entre celebraciones de que la bestia sagrada se había calmado y todo parecía haber acabado con esa pesadilla en particular...

- ¿Algo que necesites o se te pueda ofrecer mi estimado amigo? - Había aparecido tiempo después, con cara de pocos amigos y hecho un desastre, con intenciones de ir a dormir o a comer.

Ahora lo mataba con la mirada. Lo seguía matando con la mirada. Sin realmente fuerza, porque aunque no lo admitiera estaba contento en el agua, y finalmente ese pelo se veía rubio por completo. Había tomado como tres lavadas, y lo que sea que usarán los hylian para el pelo...

- Qué no. - Vaya, estaba aún molesto. - ¿Por casualidad tienen otra cosa que no sea pescado? - ¿Ah?

- Hay un pequeño repertorio de frutas y algunos granos. El comercio externo ha decaído mucho, lamento que no haya variedad para ti. - Había pescado, variedad de pescado. ¿Tal vez los hylians no podían comer tanto pescado o tan seguido?, sería-

- ¿Ves?, te lo dije. - Fue un siseo bajo, muy bajo.

Ni siquiera lo estaban mirando a él.

- Okey. - Dicho esto, Link procedió a tirarle agua.

Dos orbes azules lo miraron con detenimiento, y si no estaba errado lo estaban desafiando...

Ignoraría que la persona frente a él de broma lo mojo, porque ya más que vio lo que esa pequeña criatura era capaz de hacer.

- ¿Gracias estimado amigo? - Lo último que quería era una pelea con el héroe del día, y menos con quien no le tenía miedo a pelearse con seres mucho más grandes que él.

Temía que lo tomará en serio y se viera en la triste situación de que un juego pasará a temer por su vida. O la vida contraria. Temía más por la suya con esta criatura, y no solo por las alabanzas que de niño oyó sobre dicha criatura.

°•°•°•°•°•°

- Veo que lo has encontrado. - Si bien no era su amada hija, era un último recuerdo de ella.

Un recuerdo que había silenciado todo lo que tuviera voz tan pronto se vio. No era de extrañar porque, honestamente. Luego oiría de todo, pero en frente de quién muchos no tenían buena opinión por diversas causas, varias de ellas muriendo ante la luz de nuevas revelaciones desde su aparición...

- Es libre. - Era... era grandioso saber eso. - Sabe qué hacer con esto, ¿no? - La verdad...

Miró a su hijo, miró a su gente, y se preguntó cuál sería la mejor opción. Tradicionalmente quién quedaba de los dos tomaba ambas cosas. Lo que hacía con dichos objetos, por otro lado, era cuestión del que aún permanecía en el mundo de los vivos. Muchos elegían dejarlo en la tumba, otros en casa en un lugar especial, y otros encima.

Link había dicho lo que quería antes, incluso si no sabía todo, y la verdad...

- La estatua será modificada. - Anuncio sin miramientos. - Si está bien contigo, será colocado como ofrenda a sus pies. - Porqué, por más que quisieran, la estatua era muy grande para poderle colocar tal collar.

Sería sacrilegio que alguien más la usará, buenas intenciones o no, beneficios o no.

Este tipo de unión no estaba destinado a romperse, especialmente uno tan inocente, fuera de tradiciones o no. Esperaba que Mipha estuviera feliz con su elección.

Nadie podría refutar nada, nadie podría negarle la entrada como muchos quisieron, y nadie podría meterse en dónde no era llamado.

- Espero que sepas que siempre eres y serás bienvenido con nosotros, eres parte de la familia. - Le gustará a quién le gustará, no había nada más que hacer aquí.

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