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Capítulo 11

- Espera, déjame ver si entendí. - Era un extraño cruce.

Su caballero estaba de vuelta, siguiendo el protocolo casi al pie de la letra. Llegaba al punto de ser exasperante. Al mismo tiempo también era el chico salvaje que vivía para pelear cuando menos se lo esperaba. Prefería cuando el último salía a relucir, porque allí le hablaba y las reglas no existían.

- Te dieron la casa. - Ella sabía porqué. Les interesaba mantenerlo allí. O que al menos tuviera una razón para volver. - Y me la estás dando a mi. - Lo mejor del caso: - Es tu casa, y me la estás regalando. - Repitió, a ver si así entendía.

Era un extraño cruce entre un caballero y un amigo. Un fiel compañero y un cazador.

- ¿Si? - Lo que en verdad dijo: "¿no te gusta?, ¿te busco otra?" - Tiene un laboratorio abajo. - Traducción: "creí que te gustaría".

- Si, ya lo vi, es hermoso. - Ella estaba allí cuando se la dieron y también cuando él pidió cambios. - Pero Link, es tu casa. - No había otro lugar-

- No me hace falta. - ¿Perdón?

- Pero piensas quedarte conmigo y protegerme. - Casi no dormía como era, haciendo guardias que, para ella, eran innecesarias. - Link, no es que lo desprecie, pero el reino no-

- Estás viva. - Refutó inmediatamente, arqueando una ceja en desafío. - Mientras estés viva, hay reino. Mientras estés viva, te seguiré siempre y cuando así lo quieras. - Está ya era como la tercera vez que decía eso.

- Eres libre de hacer lo que quieras. - Admitiría que lo último que quería era que se fuera, pero la realidad era que: - No le debes nada a nadie, ya cumpliste con tu destino. - Había salvado el reino, había-

- Si me hubieras dejado morir, tendrías a alguien más que accedería a tus demandas con mucha más facilidad que yo. - Lo que siguió fue no sólo un desafío, fue un golpe bajo de parte de alguien que jamás se esperó: - Estoy vivo por tu culpa y los demás se aseguraron de que fuera difícil de matar, hazte responsable de tus acciones.

La satisfacción en esa expresión jamás la olvidaría. Incluso si estaba mezclado con algo más que no podía identificar.

- La cena estará lista pronto, si tienes hambre. - Con eso Link dio por finalizado el tema.

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Link la resentía, tenía que ser eso. La resentía por haberlo salvado, por haberlo hecho pelear. No había otra explicación.

¿Por qué otra razón le sacaría que ella no lo dejó morir?, y no una vez si no mal recordaba. El que no quisiera hacerle caso, porque el muy idiota ni siquiera dormia dentro de la casa y no sabía en dónde se estaba metiendo. El silencio, no podía ser solo por recordar quién era, o porque naturalmente no le gustaba hablar con gente.

Había creído que ya habían pasado por esa etapa antes de que... No, no importaba, ella tampoco fue muy amable con él, y era normal que-Un chillido salió de ella ante la cara que se le presentó de la nada. De cabeza, pelo enmarañado cayendo y ojos entrecerrados que silenciosamente acusaban de algo.

- ¿Qué rayos haces en el techo? - Qué no le dijera que allí era en donde estaba durmiendo. Que no le dijera que hizo su cama en el techo. Que no le dijera que se la pasaba en el techo para no incomodarla.

- Tus pensamientos son muy ruidosos. - En medio de la noche, las joyas en sus orejas competían con el brillo en sus ojos.

- ¿Disculpa? - ¿Y de quién sería la culpa de esto...?