Casado desde muy joven, en un matrimonio de apariencias, Jeon escapa todos los viernes a los prostibulos, esperando recibir algo de "cariño", ese que no recibe en casa.
En la despedida de soltero de su amigo, es invitado a un prostibulo, pero este e...
Feliz cumpleaños a Ale cumplió hoy 31 de Agosto y a Kara que cumplirá el 09 de Septiembre..
A las demás chicas, quiero agradecerles por leer mi historia, es un placer para mi saber que les gusta... De verdad que las amo!!
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-Si, la herida cicatrizó perfectamente- Taehyung lamió los labios finos de su esposo. -Puedes enterrarte en mi, follarme sin piedad-
-Te vas a arrepentir de tus palabras-
Jeon tenía sus manos en la cadera de su pareja, enterró sus dedos ejerciendo una presión en la delgada cintura, acercó el cuerpo al suyo, su mirada se oscureció, reflejando lujuria y deseo en aquellos ojos, sin dejar de mirarlo, apretó el cuerpo de su pareja contra el propio.
Taehyung movió sus caderas lentamente, su trasero rozó la entrepierna del azabache, arqueo su cuerpo y echó su cabeza hacia atrás, restregándose lento pero con fuerza, Jungkook aprovechó para atrapar con sus labios el cuello expuesto, besó, mordió y succionó aquellas marcadas clavículas, dejando unas marcas rojas que se tornarán en un lindo color violeta al día siguiente.
Las bocas se encontraron en medio de aquellas caricias y se besaron como si fuera la primera vez, explorando la cavidad bucal, jugando con sus lenguas, mordiendo los labios, dejándolos hinchados y lastimados por la presión que ejercían los dientes.
Taehyung gimió al sentir el miembro de Jungkook endurecerse poco a poco bajo su trasero, aún siente ego al saber que solo él logra aquel efecto en el azabache.
Aún con la ropa puesta, se comieron a besos, Taehyung enredo sus manos en el cuello, uniendo sus cuerpos, Jungkook bajó sus manos al hermoso trasero de su esposo, le encantaba sentir en sus manos aquellos glúteos redondos, los amasó con fuerza, si no fuera por la ropa, sus dedos dejarían una marca por la presión.
Jungkook se separó del beso, sin perder la cercanía, jadeó y las respiraciones se mezclaron, dos meses sin probar la piel de su esposo era una tortura, dos meses sin sentir la presión en su miembro cuando se enterraba en su pareja, era el peor de los castigos.
