El despertar de la sangre valyria (Daemyra)

Capítulo XVII: La verdad

Hola a todos! Acá un nuevo capítulo y esta vez les gustará jeje. Creo 

No olviden comentar y votar.

No pude responder comentarios en el capítulo anterior porque estoy desde el celular y nunca me carga bien el internet, pero aún así, dejen comentarios que los respondo cuando vuelva a estar del pc jeje.

Besos y abrazos. 

Lucerys estaba recostado en las piernas de Rhaenyra, mientras Joffrey jugaba con un dragón de madera que Rhaenyra había comprado para él. 

Jace estaba sentado al lado de su madre mientras pensaba en lo aterrado que estaba de que algo le sucediera a ella.

No solo le preocupaba que ella estuviera peleando batallas que según ley un omega no debería pelear, sino que podía ser juzgada por el pueblo, por el rey, y por el príncipe Daemon. 

Jace besó a su madre en la frente y salió de allí, atormentado pensando en que pasaría con ella.

Vio a su padre caminar en su misma dirección e intentó desviar su camino, sin embargo su padre no lo siguió, solamente caminó hacia los jardines, y le ordenó que lo siguiera.

Jacaerys no iba a resistirse a su orden.

Él era un simple alfa, el poder del príncipe en cambio, estaba por sobre cualquier poder en el mundo.

Si había alguien cerca del poder de los dioses, era él y Jace no era ingenuo para desafiarlo.

Jace se paró al lado de su ''padre'' en los jardines, y supo la pregunta sin que Daemon siquiera tuviera que hablar.

- Padre, realmente no sé nada- dijo él rogando más que mintiendo. Rogando que no lo obligara a hablar. 

- Lo sabes, por eso mataste a aquellos hombres- declaró Daemon y Jace cerró los ojos.

Los lobo enigma eran conocidos en las leyendas por su inteligencia extrema ¿Por qué siquiera creyó que podría llegar a engañarlo?

- Por favor moléstate conmigo- rogó Jace mirándolo con los ojos brillantes- Por favor desquítate conmigo, pero por favor, no le hagas daño a mamá, ella solo quiere ser libre, y lo comprendo- dijo Jace con los ojos brillantes y cuando Daemon se acercó a él se quedó quieto, esperando que él lo matara si quisiera.

Daemon puso una mano en su hombro y lo apretó intentando calmarlo. 

-  No quiero lastimar a tú madre- dijo Daemon sinceramente, admirado por la valentía de su hijo- Créeme cuando te digo, no es fácil luchar con este maldito poder- dijo Daemon y Jace lo miró a los ojos.

- ¿Es muy difícil?- preguntó él un poco asustado aún, pero preocupado también por él.

- Con el tiempo aprenderé a controlar estos nuevos instintos- dijo Daemon y Jace vio su mano temblar.

Daemon parecía impasible. No había nada que hiciera sospechar de él, pero Jace pensaba que su padre tampoco debía subestimarlo  a él.

Así como había descubierto a su madre, fácilmente lo había descubierto a él.

Jace sabía que se arriesgaba a una muerte casi segura, pero aprovechándose de la mano de su padre en su hombro, se movió y logró subir la manga de su chaqueta.

- ¿Qué haces?- gruñó Daemon sorprendido y Jace miró con dolor la forma en que su padre controlaba sus instintos.

Atado en su brazo, habían cadenas con púas que lo lastimaban.

Estaban fuertemente enterradas en su brazo y por eso su brazo temblaba.

- Padre- dijo Jace tocando el brazo de Daemon pero él lo apartó de inmediato.