Capítulo 5.

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Sergio.

Me sentía como un completo idiota, me había prometido que no dejaría que aquello pasara. Luego de hablar con Nico había aclarado mis ideas y sentimientos, me gustaba Max, no como me había gustado Nico en un inicio, esto era más superficial, mera atracción física, pero también estaba consciente de que la mayoría de desastres iniciaban así.

Había algo en el que no me permitía mantenerme lejos, puede que fuera un poco masoquista o idiota por sentirme de aquella forma hacia alguien que no había hecho más que tratarme como si no valiera nada, aunque también era verdad que en los últimos fines de semana él se había portado distinto, siempre había sentido algo de atracción hacia él y sabía que no era un sentimiento mutuo, pero entonces el comenzó a actuar de aquella forma y pensé que estaba imaginado cosas, hasta ese momento en el que me besó.

No sé cuánto tiempo estuvimos en el driver room, pero Alice tuvo que ir a buscarme.

Después de eso me refugié cobardemente con Seb, no quería tener que verlo más ese día ni pensar en lo sucedido.

Al día siguiente lo ignoré tanto como pude, evitaba encontrármelo y cuando lo hacía fingía que él no estaba presente, podía ser algo infantil y desconsiderado, teniendo en cuenta que él había intentado acercarse a mi varias veces.

Al finalizar la clasificación supe que no podía seguir escondiéndome más, iríamos al campo de golf y Max estaba invitado.

Pasó una hora antes de que él se acercara a mí, aunque me lanzaba miradas constantemente, no era nada discreto y sabía que nuestros compañeros ya estaban notando que algo pasaba.

—¿Vas a seguir ignorándome? —él estaba recargado en el marco de la puerta de los vestidores, que ahora se encontraban vacíos a excepción de nosotros.

—No estoy ignorándote, simplemente no creo que tengamos nada de qué hablar, Horner ya piensa que somos amigos y si aún le quedaban dudas estoy seguro de que esta salida terminará de convencerlo, así que ya podemos volver a como era antes.

—¿Qué hay de lo qué pasó ayer entre nosotros?

—Solo nos besamos y ya, no fue la gran cosa, dejémoslo así, no hay porque complicarnos.

Vi cómo se decepcionaba al escuchar mis palabras, pero en realidad no quería complicar nada, había estado pensándolo mientras jugábamos al golf y no creía que valiera la pena el drama que eventualmente llegaría.

Él se quedó en silencio tanto tiempo que por un momento pensé que no volvería a hablar.

—No —dijo al fin, tajante y decidido.

—¿Que mierda significa eso?

—Tu eres el que no quiere complicarse, para ti no fue la gran cosa, pero para mí sí. Verás que puedo ser muy persistente cuando quiero algo y ahora mismo lo que quiero es a ti, así que no esperes que me rinda contigo.

Max salió de los vestidores sin darme oportunidad alguna de responder. El acaba de decir que no se rendiría conmigo ¿de dónde había salido ese repentino enamoramiento u obsesión? Esa era la pregunta que me hacía constantemente estos días. Había algo que no estaba bien, que mandaba señales de alerta en dirección a Max, tal vez solo fuera mi maldita inseguridad hablando, pero tal vez no y esa pequeña duda bastaba para que yo me cuestionara sus intenciones.

Estuvimos en el campo hasta que el sol se metió por completo. Dejando de lado aquella charla en los vestidores con Max, la tarde había sido estupenda, Lance venció a Seb por primera vez, Carlos ni siquiera tenía que esforzarse, él tenía un talento innato para ese deporte, todo lo contrario, a Max y Charles.

Another love.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora