Another love.

Capítulo 11.

Sergio.

—No me dijiste que vendrías —Me acomode la ropa y el cabello.

No era la primera vez que mi padre me veía besando a otro hombre, de joven me había encontrado un par de veces en mi habitación con algún chico, pero ya era un adulto y no tenía que darle explicaciones ni ocultarme de él.

—Yo eh... —Max estaba rojo hasta las orejas— buenas noches, no me esperaba encontrarlo aquí.

—Ya, eso se nota, no quería interrumpirlos, vine por negocios y pensé en visitar a mi hijo, pero creo que lo mejor será que me vaya a un hotel.

—Si, será lo mejor.

Quería estar a solas con Max, era una urgencia que ya estaba comenzando a tornarse dolorosa.

—¿Cómo que a un hotel? —Max pareció dejar la vergüenza de lado— es tu padre, no puedes mandarlo a un hotel.

—No te preocupes hijo, no quiero interrumpirlos, ustedes dos parecían muy ocupados cuando llegaron.

—Insisto, si usted no se queda aquí yo tampoco, y lo digo enserio, Checo.

Miré a Max ¿a qué estaba jugando? ¿Agradarle a mi padre también era parte de su plan? En el pasado se había limitado solo a darle el saludo y ahora lo invitaba a pasar la noche en mi casa.

—Está bien, quédate.

—Ya sé dónde está la habitación de invitados —no se hizo mucho del rogar— así que me iré a dormir, ustedes hagan de cuenta que yo no estoy y sigan con lo suyo.

Mi padre desapareció escaleras arriba y me giré para ver a Max.

—¿Qué estás haciendo? ¿Por qué lo invitaste?

—Porque es tu padre.

—Está es mi casa y tú solo un invitado más, no eres nadie para tomar esas deducciones.

Max no dijo nada, simplemente se giró hacia la puerta.

—No quise decir eso —En realidad no había querido hacerlo, pero me molestaba que las personas se tomaran atribuciones que no les corresponden.

—Déjalo, tienes razón.

Mierda, incluso su voz sonaba afligida, lo detuve antes de que llegara a la puerta.

—No quise decir que no eres nadie —Max estaba serio, parecía dolido y me odie por ser yo quien provocara eso— solo que estoy acostumbrado a ser solo yo, tengo que hacerme a la idea de que ahora hay alguien más aparte de mí.

—No tienes que hacerte a la idea de nada, yo me excedí, no tengo derecho de...

Max tenía la costumbre de hablar sin parar, así que hice lo único que sabía lo callaría, besarlo.

De inmediato todo lo que nos rodeaba desapareció, solo éramos él y yo, siempre que lo besaba sucedía aquello, como si el mundo se desvaneciera en sus labios.

—Tienes derecho ¿bien? A lo que sea, eso significa estar en una relación, ahora deja de hacer berrinches y vayamos a la habitación a terminar lo que empezamos.

—Pero tu padre está aquí, no podemos...

—¿Por qué te importa?

—Es tu padre.

—No me digas que quieres causarle una buena impresión.

Max se quedó callado, mierda, si quería causar buena impresión.

—No es como si lo acabarás de conocer, Max. Lo has visto cientos de veces.

—Pero es la primera vez que lo veo siendo tu novio.