Charla en la cocina

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Sana está sentada en la mesa que está en la cocina, pintando sus uñas, a la espera, como un depredador de cierta persona que la ha estado evitando desde la cena de año nuevo, Sana es paciente, sabe que no puede huir para siempre de ella.

Finalmente, esa persona cruza el umbral de la cocina, el pánico invadiéndola apenas vio a Sana, su primer instinto es huir, pero la mayor no se lo permite, en un movimiento algo torpe Sana salta la mesa y casi cae al suelo, pero logra su objetivo de atrapar a Jihyo rodeándola con sus brazos, la menor no tiene escapatoria.

—¿A dónde crees que vas?

—A ningún lado.

—Me has estado evitando estos días.

—Eso no es cierto. — Jihyo se queja e intenta soltar.

Sana le dedica una mirada acusatoria y procede a abrazarla más fuerte y comienza a dejar varios besos en todo su rostro 'La debilidad de Park Jihyo'.

—¡Ya! ¡Yaaa! — Se queja removiéndose en los brazos de Sana.

Finalmente, ambas se sientan en las sillas con sus torsos apoyados en la mesa.

—Así que... tú y Daniel están avanzando.

Jihyo cubrió su rostro un poco avergonzada, sabía que esto pasaría, besar a Daniel justo en la celebración de año nuevo, frente a todos, fue como una invitación a que la molestaran.

—El me gusta y mucho.

Sana comenzó a reír, genuinamente feliz por su amiga, de nuevo envolvió con sus brazos alrededor de la menor y las meció a ambas. Los abrazos de Sana son muy buenos y es que con ella Jihyo se permite ser más pequeña y vulnerable, dejando a un lado su faceta protectora y estricta (o mamá gallina, como algunas le dicen).

—Te ves feliz.

—Tú también, mas risueña de lo usual.

Sana deja ver un pequeño puchero —Sabrías lo bien que nos fue a Momo y a mi en nuestro viaje a la playa si tan solo no me fueras evitado.

Jihyo no reprocha, sabe que Sana tiene razón, en lugar de eso solo se relaja ante la sensación de los dedos de la otra chica acariciando su cabello. Estos momentos tan íntimos son comunes entre ellas, desde que Sana llegó a la casa ambas han conectado muy bien, incluso en algunas ocasiones ha ayudado a Jihyo en la floristería, es un lugar que le agrada y aprecia la compañía.

Algo sabido por todas en casa es que Jihyo y Sana se han acostado, pasó poco antes de que Dahyun y Chaeyoung se mudaran, en esos meses solo eran cinco en casa. Sana podía ser una persona increíblemente coqueta con quien llamara su atención y el ángel celestial Park Jihyo no fue inmune a su sonrisa inocente y mirada sexy.

Un día Irene no iba a poder trabajar en la floristería y como era el día libre de Sana, fue a ayudar a Jihyo a atender el local. Al terminar la jornada ambas decidieron relajarse con bocadillos, tomando vino de caja y viendo las películas más tontas que pudieron encontrar.

Aproximadamente a la mitad de la tercera película, Jihyo se dio cuenta de que estaba borracha. No había sido su intención, pero no estaba exactamente controlando su consumo de vino. También fue en ese momento que decidió que realmente quería besar a Sana y su mente confusa pensó que la mejor manera de hacerlo era montarse a horcajadas sobre ella y solo besarla. Lo cual funcionó por un momento, antes de que la propia mente confusa de la mayor lograra ver el problema.

—Umm... disculpa, pero esto no va estar sucediendo en este momento. — Sana empujó suavemente a Jihyo hacia atrás, quien aún estaba a horcajadas sobre ella. —No cuando ya vamos por nuestra segunda caja de vino.

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