Un Hogar de Nueve - TWICE

Reconciliación

—Esto es una mala idea. No, esto fue una terrible idea.

Mina está sentada en uno de los bancos del parque que está no muy lejos de la casa, observa su teléfono una y otra vez, mientras hace brincar su pierna de arriba abajo de forma nerviosa, todo es culpa de su hermano.

Una tarde, cuando aún estaba en el hospital, su hermano la llamó, explicándole que su padre estaba equivocado y que él quería verla personalmente. Ahora está sola (en contra de los deseos de Sana y Momo, que Mina por fin logro que estén en la misma sala y Chaeyoung, quienes están en casa a la espera de cualquier mensaje para ir corriendo de ser necesario junto a Mina), esperando a su hermano que ya tiene veinte minutos de atraso, '¿Pasó algo? ¿No va a venir? Relájate Mina, es tu hermano esto no va a salir mal'. Luego lo vio acercarse y no estaba solo.

'Esto no va a salir bien'

Kai venía acompañado de Kanako, quien, a diferencia de su padre, estos dos años no le sentaron mal. Mina tenía tres opciones; correr, enviar la palabra "kétchup" al chat grupal (palabra que usan cuando necesitan ser rescatadas de algún lugar) o enfrentar a su madre. Como su cuerpo no respondió, optó ir por la tercera opción.

—Hola hermanita, cuanto tiempo. — Dijo Kai con una sonrisa algo culpable, si hacer ningún contacto físico.

—Hola hija — El rostro de su madre era ilegible —Esta zona donde vives es muy pintoresca. — La mujer contempla el lugar, sujetando con fuerza su bolso de marca, evitando ver directamente a Mina.

'Es un barrio pobre' es lo que Mina piensa que su madre quiso decir. Ni siquiera estaba segura del por que aceptó reunirse con su hermano y ahora también tenía a su madre al frente. Obligándose a sonreír cortésmente respondió.

—Hola, no esperaba verte, madre.

—Yo...

—Te extrañamos — Interrumpió Kai —También queríamos disculparnos por el comportamiento de papá, el... solo está desesperado.

—¿Y eso justifica que pasara semanas intentado contactarme solo para obligarme a casarme con un hombre? — El tono de Mina era de total indignación.

—No lo hace. — Dijo Kanako en un susurro, casi avergonzada.

—Después de dos años de que mis propios padres ignorarán mi existencia, finalmente se acordaron de mi porque les puedo ser útil para sus intereses. —Mina vio directamente a su madre entrecerrando los ojos.

—Eso no es cierto.

—Mina, entiende, no te dije nada de los problemas económicos de la familia, porque no te quería involucrar, sé que no tienes ninguna responsabilidad. — Explica Kai, sujetando a Mina por un brazo, evitando que esta se alejara de ellos. —De alguna forma padre consiguió tu numero desde mi teléfono, nosotros no estábamos de acuerdo con ese encuentro.

Mina sacude su cabeza e intenta soltarse del agarre de su hermano mayor. —Bien, disculpa aceptada — El sarcasmo bañando sus palabras. —Creo que con eso terminamos, no quiero que me vuelvan a contactar. — Alejándose, dispuesta a no ver a su familia nunca más, escuchó algo que creía que nunca le dirían.

—Hija, perdóname por ser una terrible madre — Esas palabras la golpearon en el estómago, se paralizó sin poder creer lo que escuchó. —Por favor, respóndeme algo antes de que te vayas ¿Aquí eres feliz? — Eso derrumbó a Mina.

—¿Tienes alguna idea de todo lo que he pasado, mamá? ¡Me fui de casa sin nada a otro país! Estaba aterrada, vivo en una casa con otras ocho mujeres, ¡Duermo en un ático! — Mina subía cada vez más su voz mientras movía sus brazos, lagrimas amenazaban con derramarse y ya comenzaba a llamar la atención de algunas personas que paseaban por el parque. —No estuviste ahí para mí, solo me llamaste una vez para reprocharme sobre mi partida, ¿Quieres saber la verdad? Nunca había sido tan feliz en mi vida — Finalmente deja caer sus lágrimas —Por fin estoy rodeada de personas que amo y ellas me aman a mí, soy libre, puedo abrazar las cosas que ustedes me hicieron odiar y me pude aceptar a mí misma. — Mina se abraza con sus propios brazos de forma protectora.