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—¿Quien es el niño más guapo del mundo? ¿quien?— pregunte con el tono de voz más ridículo que me salio —Si tu, tu.
Dije y el pequeño Liam empezó a reír.
—¿Quien es el niño más lindo de todo el mundo?
—Yo— dijo levantando la mano y yo le hice cosquillas.
—Eso es, guapo— dije y vi a Lip bajar las escaleras —¿Te lo llevas a la uní?
El asintió y alzó al pequeño, para luego irse.
Salí de la casa y me subí al autobús del cole, hace mucho que no voy y creo que estaré en problemas.
—¿Sabes que es esto?— pregunto la directora poniendo algo en la mesa, yo la mire —¿sabes?
—¿Un diente?— pregunte mirándola.
—Le has sacado un diente a un niño de primero.
—Pues debería estar en segundo, el repitio— le mencione y ella me miro mal —No le veo el problema, solo me he defendido ¿usted no promueve la defensa personal?
—No quitandole un diente a tu compañero— dijo cruzándose de brazos, yo rode los ojos —Dos semana en detención, empiezas ahora, sabes donde queda.
Suspire y me levante de la silla, al salir me encontré al chico que golpe, lo mire fijamente y el se fue corriendo.
—Cobarde.
Camine a la sala de detención, cuando llegue, me plante el escaparme, pero por la ventana lo vi a Carl.
Frunci el ceño al verlo habla con una niña rubia, así que abrí la puerta.
—Señorita Rodrigo, pase y haga silencio— dijo la señora que estaba ahí.
No dije nada y camine hacia donde estaba Carl, me senté en su mesa y le bloque la vista de la chica.
—¿Te han castigado, que hiciste?— me pregunto riendo.
—Golpee a un capullo, pero se lo merecía— me encogí de hombros —¿tu?
—Lo mismo— dijo simplemente y yo asentí.
—Señorita Rodrigo, haga el favor de sentarse en una silla— volte a verla con mala cara —Ahora.
—Pudrase— le dije bajándome de la silla.
En un momento de distracción de la maestra, la niña rubia se levantó y puso algo en su taza de café.
A los pocos minutos, la mujer estaba parada mirando a un punto inexistente.
Carl estaba sentado con la chica, así que me acerque a ellos.
—Oye Carl, la maestra esta tiesa— dije señalando hacia atrás.
—Si, ha sido Bonnie, le ha hechado ácido a su cafe— dijo emocionado y la niña a su lado sonrió.
