"Novios"

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Un beso solo porque tuve un largo día. Dos besos para decirme que todo estará bien. Y tres porque ha esperado toda su vida para besarme como lo hace.

El aroma dulce del durazno en su perfume, es exquisito en su piel; en sus camisas, es embriagante; y la forma en la que luce las mías, es sexy.

Escuchábamos ruidos afuera de la habitación, pero no importaba. Se nos hacía tarde para tomar el autobús de regreso a Londres, ¿Y qué? Nada era lo suficientemente bueno como para hacerme salir de la cama al tener a mi sexy novio sentado sobre mis piernas, sin ropa interior, vistiendo únicamente una de mis holgadas camisas.

Louis se movía juguetón encima mío, apoyando sus manos calientes y sudadas en mi pecho desnudo mientras disfrutaba de la mirada enamorada y caliente que le echaba por lo adorable que también lucía. Deslizaba mis manos a sus costados y apretaba sus muslos definidos por tanto entrenar. Eran grandes, rígidos, deliciosos.

A mi novio le gustaba que lo hiciera. Disfrutaba de tenerme acariciándolo, de apretar su cuerpo contra el mío para que no se levantará, de que le dijera cuánto lo amaba. Todo por esos dulces y deliciosos besos que instaban a querer volver a hacer el amor con él en esa pequeña habitación de hotel en Windsor.

Habíamos llegado la tarde anterior para participar en el último concurso de canto antes de que las vacaciones acabarán. Realmente no estaba planeado aquello, pero luego de una semana de que fuéramos a Manchester y por el éxito que tuvimos, no era de sorprenderse por la angelical voz de mi novio, la universidad de Windsor nos invitó a participar cordialmente para entrar oficialmente a las eliminatorias.

Claramente esto enorgulleció al profesor Lewis, ya que no demoró en pedirle a mi novio que se dedicará al 100% a partir de ahora para ganar el concurso antes de que el ciclo escolar acabará y él se graduará. A Louis obviamente le encantaba la idea, amaba cantar. Era su vocación. Pero, el único detalle que tuvo de por medio para querer dejarlo fue que los entrenamientos con Cowell eran su maldito talón de Aquiles.

Quería dedicarle el tiempo suficiente a cantar algo de Shania Twain conmigo y el resto de alumnos como sus coristas. Louis lo tenía todo estructurado en su mente; pero con Cowell de por medio y con la noticia de que quería hacer algo tan poco masculino, rechazó la simple posibilidad de reducir sus horarios o adaptarse a los ensayos. Es más, por lo mismo se volvió más estricto con él y trató de hacer lo posible para que ese concurso no se concretará, porque claro, ¿Qué pensaría del capitán del equipo que ya trae sobre sus hombros con que es homosexual y ahora cantará algo de una chica? No era conveniente.

Esto a Louis le deprimía severamente, me daba cuenta cuando nos veíamos y sentía que no podía hacer nada por él. No directamente como lo hacía conmigo. Se me dificultaba estar recostado en nuestra cama, acariciando su hermoso cabello en mis piernas mientras intentaba hacerlo dormir luego de haber tenido una asquerosa rutina. En tanto, Louis solo se quejaba de la estúpida posición de poder de ese tipo con él, lo detestaba, y solo decía que ansiaba el momento de graduarse para no volver a tener este tipo de enredos.

Mi corazón dolía por verlo de esa manera. Tan cansado, tan lleno de ojeras, derrotado. Todo por un maldito explotador. Aparte, física y mentalmente agotado de mandar al carajo a cada idiota que se me fuera encima por ser su pareja, era difícil, demasiado. De por sí era peor para ambos que, ahora que gran parte de la universidad sabía sobre lo nuestro, los compañeros de Louis se empeñarán en sobrepasar la línea de los cuchicheos y burlas, ahora en directos señalamientos y hostigamientos a mi persona. Porque claro, ¿Por qué lo harían a su capitán? La vergüenza no era para él.

Para las dos semanas que llevábamos ajetreados y todavía un día antes de marcharnos, Louis ya había golpeado a uno que otro chico. Una nariz rota, un esguince, nada serio en comparación con las cosas que anteriormente había hecho. Mi chico se imponía y nuestras teorías al respecto siempre iban dirigidas a Cowell y a qué posiblemente los mandaba a hacerme daño, pero no teníamos pruebas.

Friends|Larry Stylinson| *en Edición*Donde viven las historias. Descúbrelo ahora