"Soltando la lengua"

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―¡Harry Edward Styles!―El grito de mi madre por el altavoz de mi móvil sonaba como si se encontrara frente mío tratando de jalar de mi oreja

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¡Harry Edward Styles!―El grito de mi madre por el altavoz de mi móvil sonaba como si se encontrara frente mío tratando de jalar de mi oreja.

Pasaban de las nueve de la noche y como se lo prometí, debí llamarla una vez llegara a Londres, pero se me pasó por completo. Luego de que terminé mi grata bienvenida con quién ahora sería mi compañero de habitación, la verdad es que la única cosa que rondó en mi cabeza más que pensar en limpiar, fue dedicarme a tirar toda esa mierda radioactiva con la ventana abierta.

Con aquella pestilencia que aseguraba debió quedarse así las vacaciones en las que él se marchó; ordené la habitación con mis pertenencias dónde veía disponible y lo hice con la ventilación adecuada, ya que incluso podía percibir el aroma de la nicotina en las paredes. No era un impulsivo de la limpieza y ni tan asqueroso, pero tener que recoger la ropa sucia del suelo con la punta de mi zapato y agarrarlo con las yemas, ahora sí asco me daba.

Rezaba que no le importaría lo que hacía, pero sencillamente no habría podido estar bien sin un poco de orden. Lo cual me tomó demasiado tiempo, ya que cuando me dí cuenta que la luz del día se disipó afuera y los alumnos de los pasillos dejaron de dar tanto escándalo, fue ahí que me di cuenta de que el tiempo voló. Cuando finalmente terminé y revisé la hora en mi móvil, un par de llamadas perdidas de mí madre decoraban la pantalla.

Así que, sí. Era normal aquel grito que soltó conmigo en el pasillo al tomar su llamada. Un par de chicos que todavía andaban por ahí me dieron una mirada extraña por eso, por lo que me limité a darles la espalda y caminar un poco, lejos de la puerta de la habitación.

―Lo sé, lo sé. Quedé en llamarte, mamá. Perdón―exhalé frustrado―. No pensé que fueras a molestarte por eso.

¿Creíste? ¿Acaso es que no me conoces? No es tan sencillo tenerte lejos de mí después de que apenas te convertiste en adulto. ¡Entiende mis nervios―volvió a gritar―. Una llamada es todo lo que te pedí, Edward.

―Sí, se me fue por completo por ordenar mí habitación. En serio, disculpame―insistí con cansancio―. Te juro que lo que menos quiero ahora antes de iniciar las clases es tener que pelear contigo.

―No estamos peleando, solamente te aclaro mi preocupación―respondió y se demoró un par de segundos en continuar. Imaginé que se estaba intentando relajar, porque la escuché suspirar del otro lado―. Perdón, cariño, pero eres mi pequeño. No puedo estar bien si para estas horas te estoy haciendo tu chocolate caliente para ponernos a ver nuestro programa favorito, ¿ahora con quién haré eso?

Una sonrisa se dibujó en mi rostro y sí, pude avergonzarme ligeramente por ello.

―Mamá, ahí está Gemma.

Por favor, Harry. Ambos sabemos que tú hermana jamás hará algo como eso conmigo. Tú eras el único.

Su comentario finalmente fue lo que nos causó gracia a los dos. Definitivamente sería el tipo de conversaciones que extrañaría de mí familia, en especial de mí madre. Pudiera ser que tomé la decisión de marcharme por culpa de ellas, pero sí sería complicado poder pasar tanto tiempo sin ese tipo de situaciones. Eran únicas.

Friends|Larry Stylinson| *en Edición*Donde viven las historias. Descúbrelo ahora