Friends|Larry Stylinson| *en Edición*

"Cartas de amor"

Me gusta la forma en que el sol brilla desde noviembre. Esa brisa junto las nubes que son despejadas para dar la entrada a los rayos del sol por la mañana hace que, en esos momentos, cuando despierto por las caricias de Louis en mis mejillas mientras aún descanso en mi cama, lo encuentre un encanto inesperado. El hecho de que Louis se elevara de puntillas tras saltar desde la cama de Zayn para despertarme de esta manera resultaba simplemente cautivador.

El diciembre que entro por nuestra ventana y nos envolvió, creo una atmosfera embriagante de "muchas" y "tantas cosas" que la volvio simple y perfecta. El ruido de esta habitación con olor a caramelo y pan dulce por Zayn, incremento con el animo de la navidad a la vuelta de la esquina. Era ese momento del invierno que transformaba a nuestro amigo en un entusiasta de las festividades, convirtiéndolo en un niño pequeño que esperaba ansioso la llegada de los renos, imaginando que aterrizarían en nuestra chimenea inexistente.

El primero de diciembre llegó y con él, Zayn nos sorprendió al dar la bienvenida a la temporada navideña con un pequeño pino que colocó en su escritorio, listo para ser adornado con las coloridas esferas que Liam había traído para la ocasión. Fue un gesto inesperado que nunca imaginé que podría despertar el interés de Louis. Ya que no tardo en comprar luces para decorar el pino y el resto de la habitación.

Sinceramente, si me hubieran dicho que ese tipo rudo con olor a macho que conocí en el tren iba a ser el chico mas entusiasta del mundo con un par de foquitos envueltos en su cuerpo al jugar mientras decoraba, no les hubiera creído. Porque, estando sin la presencia de Niall, los cuatro en esa pequeña habitación navideña, nos hacia querer volver todo una villa con el color rojo y verde por todos lados. Y me gustaba, lo disfrutábamos, pero, es imposible sin el entusiasmo de quien era mi amigo.

Desde que me beso en las escaleras de emergencia, no lo había vuelto a ver. Y tiene sentido, ¿Quién quisiera estar conmigo si soy un pésimo amigo? No por haberlo rechazado, sino, porque no era capaz ni de ir a buscarlo para arreglar las cosas que se quedaron a medias entre nosotros.

Aunque, ni siquiera Niall se atrevía a hacerlo. Y eso me dolía.

Aquel beso, arrebatado -y lleno de enojo y celos- que me había dado en un arranque emocional mientras luchaba para que le diera mi atención en lugar de a Louis, seguía resonando en mi mente en momentos en que intentaba relajarme. Es difícil hacerlo teniendo en cuenta que dos de los hombres que debian ser mis mejores amigos, gustan de mi. Y tristemente, solo a uno podría corresponderle. Creo por eso muy dentro mio, estaba conciente que no volvería a ver a Niall.

Por ello, en estos días en los que hemos estado apartados y donde mis únicas compañías se dictaban por la de mi pareja favorita y Louis, trate de mantenerme al margen con una sonrisa falsa en principio para no afligirme por esa amistad rota. Pero, es imposible estar mal si tienes a un chico como Louis detrás de ti. Porque, esas delicadas atenciones en preguntarme si me encontraba bien y en querer refugiarse en mis rizos para hacerme sentir mejor, me mataban.

En ese momento, es cuando se volvía fácil no tener a Niall en mi cabeza, asi le daba espacio a la felicidad inminente de la navidad con mis actuales amigos en esa reducida habitación que lucia ya una pequeña sala de estar de una familia cualquiera de los suburbios.

Estar decorando calcetas con nuestros nombres para colgarlas en la litera como en el jardín de niños mientras veía a Louis bromear con su ahora mejor amigo al decirle que le pediría a Santa Claus una figura de Superman que jamás le llego, me hacia imposible de creer. Louis no lo notaba, pero, esa diminuta parte de mi corazón que se encendia al ver su sonrisa crecer por una festividad un tanto equis para mi, creaba las llamas de este delicado órgano que solo había servido para generarme presión en cada oportunidad que tenia.