Lee Ari tenía un único objetivo en la mira: conquistar al chico que le gusta a través de mensajes y obtener finalmente el romance escolar que tanto había deseado.
Para su desgracia, eso se verá interrumpido al descubrir que ha escrito al número equ...
¿Alguna vez te has preguntado por qué el ser humano suele ser tan ambicioso? Incluso algunos llegan a considerarlo sinónimo de codicia, siendo que la segunda se acerca más a las riquezas materiales, mientras que el primero sostiene el deseo vehemente como principio.
Las personas necesitan de ambición para poder continuar con su día a día, requieren de esperanza para poder alcanzar sus metas y poder materializar sus sueños. Como la dosis de energía que te llega cuando estás a punto de dejarte caer y rendirte, o como el choque de emoción que sostiene tu cuerpo antes de resbalar en un hueco de desesperación.
Sin embargo, aun siendo conocedor que los beneficios de la ambición, nunca me consideré una persona que tuviera un deseo intento por poseer algo. Viví una vida tranquila a lo largo de mis días, mis amigos siempre estuvieron conmigo, mis padres nunca se apartaron de mi lado y desde que tuve uso de razón, descubrí a qué dedicar el resto de estadía en este mundo.
Pero luego llegaste tú a cambiarlo todo, ¿ves cómo lastimas mi corazón, Lee Ari? Eres cruel con esta alma que te ama.
Por primera vez en la vida, sentí que algo me faltaba para poder estar tranquilo conmigo mismo. A medida que los sucesos llegaban, nos distanciábamos y alejábamos por motivos que ya conocemos, fui capaz de aclarar mi mente para poder comprender que necesitaba de ti para seguir adelante.
Te convertiste en parte de mi ambición, Lee Ari.
Quería estar cerca de ti, no anhelaba a nadie más en el mundo que no fueras tú. Escuchar tus sueños, comprender tus miedos y ser conocedor de tus propias ambiciones. Tú eras parte de mi ambición.
Por otro lado, a veces suelo aparentar ser alguien que no soy. Ignorando lo que sucede a mi alrededor para enfocarme en mis propios intereses, desviando mi mirada de los demás para protegerme a mí mismo en mi propio entorno.
Siempre fui amado, pero siempre fui temeroso a la hora de amar.
Tenía miedo de ser lastimado, y por ende, en un intento de crear protección propia, terminaba lastimando a los demás, incluyendo a aquellos que trataban de ayudarme. No intento justificar la forma en la que he decidido actuar durante todo este tiempo, pero debo confesar que el primer latido que mi corazón dio al verte, fue como el resultado del estallido de un volcán en erupción. No quería aceptarlo, pero en ese entonces, para mí, amar entraba en el mismo campo semántico que obtener una herida en el pecho.
Me ayudaste a sacar todos aquellos sentimientos que creía no poseer, me diste tanta confianza que, por primera vez en mucho tiempo, dejé que mi niño interior saliera a jugar sin ponerle límites para que no regresara con una raspadura a casa.
Me enseñaste a cómo ser mejor persona y cómo respetar mis propios ideales.
Sacaste lo mejor de mí, Lee Ari. ♥
Por esa y muchas más razones, eres tú antes que nadie más. ♥
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.