Lee Ari tenía un único objetivo en la mira: conquistar al chico que le gusta a través de mensajes y obtener finalmente el romance escolar que tanto había deseado.
Para su desgracia, eso se verá interrumpido al descubrir que ha escrito al número equ...
Desde el primer instante sentí atracción por ti, eso lo tengo en claro y espero que tú también seas consciente de ello. Sin embargo, por más que indague en mis pensamientos e intente recuperar fragmentos relacionados con la situación, no logro encontrar el momento exacto en el que empecé a gustar de ti. Supongo que simplemente pasó y es algo que no pienso cuestionar, o sea, estamos hablando de ti, ¿quién en su sano juicio se atrevería a mentir al decir que no le gustas? Yo no, por supuesto.
No obstante, puedo relatar a la perfección el momento exacto en el que supe que me gustabas, porque es un recuerdo que se repite constantemente en mi memoria, causante de mis sonrisas a la nada y la dulzura de mis sueños a la hora de dormir.
Pueda que te parezca un poco tonto, pero... ¿Recuerdas cuando me llevaste al café de gatos? Es posible que tú incluso la hayas interpretado como nuestro aporte del plan para ayudar a Minjun y Jungkook, aun así, confieso que ese día me desperté temprano para prepararme mentalmente de lo iba a ocurrir. Le pedí consejos a mi padre sobre cómo tratar a una dama durante una cita y le pregunté a mi madre qué hacer para que una chica se fijara en mí.
Nunca antes había hecho algo así, incluso practiqué frente al espejo mi manera de actuar durante horas.
Quería impresionarte y no sabía el porqué.
Siempre traté de mostrarme seguro ante ti, ocultar mis emociones y hablarte desde mi alter ego. Pensé que la manera ideal de acercarme más a ti, era dejándote escoger el filtro que utilizaría para agradarte.
¿Quién pensaría que todo esa cambiara en el momento en el que te vi reír a carcajadas a causa de las películas que se reproducían en las pantallas? Rozando los bordes de lo mágico y cruzando los límites de la perfección, borraste todas mis inseguridades al mostrarte tal y cómo eres frente a mí sin importar nada de lo que ocurriese después de ello. Solo bastaron unos segundos para que yo empezara a comportarme de la misma manera en la que tú lo hacías, sin filtros, sin falsas personalidades, sin barreras que nos impidieran conocernos a profundidad.
Solo éramos Ari y Yoongi, disfrutando de la compañía del otro sin cuestionar nuestras acciones o prestar atención a los errores que pudiésemos cometer en el momento.
Me gustaba estar contigo, de la misma manera en la que me gustabas tú.
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