Cap 11

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Jared

Unas hora antes

Eran aproximadamente las 8 de la mañana, no logré consiliar el sueño pero está fiesta estuvo muy buena, demasiado buena.

Estaba en la terraza de la casa sintiendo el aire mañanero en mi rostro, el sol calentaba mi cuerpo, estando en ese estado de relajación, sentí en mi cabeza que tapaban toda mi cavidad con una manta; intenté quitarme eso de la cara pero solo me forzaron y llevaron del lugar; sentí como la bolsa tenía algún químico que chocó con mis fosas nasales y quedé sumido en el sueño en un par de minutos.

Sentí el movimiento de un auto estando en la cabina de un auto.

Alrededor tenía un inmenso calor, tenía las manos atadas a la espalda con una cuerda y aún seguía la manta en mi rostro que absorbía mi sudor, sentía la boca seca y tenía los pies atados, al igual que mis manos.

Estaba pensando en cómo carajos salir de esta situación y de ese sucio carro, que por cierto olía a viejo rabo verde, además que podía sentir la superficie con polvo.

Empecé a moverme sigilosamente, de pronto sentí en la mano izquierda atada por detrás una clase de metal que no sé qué mierda era.

Solo lo tomé y empecé hacer fricción con la cuerda por si tenía filo, pero solo resultó que no era filoso.

Seguí moviendome y luego sentí la punta filosa de algo que si reconocí, era una navaja.

Cabía la posibilidad de que me cortara las manos en el intento de cortar la cuerda, pero era mejor que quedarse quieto he inservible quedando vulnerable ante a quien fuera que me secuestró, muy mala decisión por cierto.

Tomé la navaja y lo único que pensé fué <<Quien tenga miedo a morir que no nazca>>

Entonces empecé a cortar la cuerda y como era de suponer me corté una parte de la muñeca, así que al tener mis manos ensangrentadas sobre mi cara quite la tela que me impedía poder visualizar bien.

Miré mis manos y si había sido una herida algo grave así que con la misma cuerda y la tela que estaba en mi delicada cara tapé la herida. Desaté la soga de mis pies.

Y esperé impaciente para que abrieran la cabina del auto y darle la putiza de su vida.

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