Mítica Rivera.
Solo de pensar que no veré a Abdel por un buen tiempo me hace deprimirme . Abdel y Jared se encuentran ambos en el baño, joder me encuentro sola y el hecho de tirarme de la avioneta se agranda, todo está saliendo muy bien, muy bien para ser cierto.
Y sí, quizás demasiado perfecto porque veo como Jared sale del baño con cara de haber visto un fantasma.
—¿Qué sucede? — pregunto y su mirada viaja a la mía apenada.
No responde y pasa a recoger una de las mochilas que traíamos buscando algo en esa y no encuentra nada.
— Jared.... — busco una respuesta.
—Luego te explico — me responde apresurado. Veo como saca dos paracaídas de la mochila.
— ¿Qué? — pregunto.
— Hay que ser precavido... — no termina por un gran estruendo que se escucha desde el frente de la avioneta seguido de un movimiento brusco.
El abre más los ojos y me toma del brazo.
— Joder, ¿qué pasa? — pregunto— ¡Jared! — no hay respuesta.
La avioneta se mueve de nuevo y esta vez caemos, pasamos al otro lado de la avioneta dejando la puerta de cristal para entrar al cuarto en el que estábamos cerrada. Abdel busca algo y escuchamos una voz por las bocinas de la avioneta.
— Por favor retirarse de la avioneta con urgencia — se escucha la voz de el piloto.
Veo como Abdel aparece al lado de nosotros corriendo.
— ¡Alejate! — grita Jared, su grito suena amenazador y me hace estremeser.
Se escucha de nuevo la voz del piloto — Retirarse urgentemente de la avioneta — se escucha asustado — en la cola de la avioneta. —termina.
Que carajos de aquí todo sucedió tan rápido, siento el olor a humo y volteo a el frente, la avioneta está incendiándose.
— Jared —susurro.
—Saldremos de aquí — me dice buscando aún la puerta de la salida para la parte de atrás de la avioneta, para ser una avioneta es muy grande y amplia.
Mi respiración esta siendo agitada y mis pulmones empiezan a fallarme al sentir el humo dentro de ellos.
— ¡Abdel!— recuerdo que aún está en el cuarto principal de la avioneta.
No hay respuestas, pero veo su cuerpo entrando al cuarto, la puerta esta atorada donde se encuentra él y nosotros para la salida.
— Hay un atajo para salir de aquí — se dirige a Jared con la mirada, no obtiene una respuesta, eso me hace fruncir el rostro. — del lado izquierdo, hay una gaveta, ahí está la llave — su respiración es pesada.
Mi hermano lo observa con desconfianza y la mirada fría que le lanza me hace regresarme a Abdel, no.
— Que rayos sucede — hablo asustada.
Otro movimiento brusco y entonces lo que faltaba, vamos en picada.
— ¡Mítica! — me grita Jared tomandome del brazo, fuerte. — no te alejes de acá.
Me toma de la cintura y la puerta para la salida se abre sintiendo el viento y la brisa en mi rostro. Me coloca en el paracaídas.
— ¡Abdel , no! — grito al recordar a Abdel.
Mi corazón se detiene al ver que intenta salir de él cuarto anterior sin éxito, se ha quedado atorado y enredado.
Me safo del agarre de Jared para ir por él.
— ¡Ha sido él todo este tiempo, Mítica! — me grita Jared y siento todo en cámara lenta.
Estoy parada y no puedo moverme, las llamas hacen que el color dentro del avión sea naranja, ya ni sé si respiro.
Jared jala de mí y siento el viento frío en todo mi cuerpo, me aferro al cuerpo de Jared, no soy capaz de siquiera ver que sucede y lo que está sucediendo.
Mientras vamos cayendo por los aires volteo levemente y escucho como la avioneta explota en el aire. Abrazo a Jared con todas mis fuerzas, no quiero soltarlo.
Entonces siento el duro golpe en mi cuerpo, el suelo lastima mis huesos y un gran dolor de cabeza de inmediato me inunda los oídos con un pitido.
Mi vista es borrosa y por último escucho como la avioneta cae al mar, siento mi garganta quemar, quiero gritar pero el dolor en mi caja toráxica me lo impide. Mis párpados se sienten pesados, lo último que puedo ver antes de perder la conciencia completamente son unos tacones azules, subiendo un poco la vista veo la silueta corriendo hacia mí, sus rizos dorados se mueven mientras se mueve.
— ¡Dios! — grita frenéticamente.
Y después de ello, todo se vuelve oscuro.
Fin
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LOS RIVERA
Fiction généraleA veces las cosas suceden sin siquiera saber que pasarán y esto es lo inesperado de la vida. A veces da giros con los que sientes que vomitarás Y nada es lo que parece.