Mítica Rivera
Jared no ha salido del baño desde hace una hora.
Y solo me queda esperar a que salga y poder estar con él, que sepa que nada es su culpa, sé cómo es él y debe estar cuestionando todo lo que hace. Y eso me hace sentir mal a mí también.
Le pedí a Abdel que me dejara sola en la habitación de invitados, quería un momento de tranquilidad.
Cómo es que todo llegó a complicarse todo.
Entonces escucho la puerta del baño de abajo abrirse y salgo corriendo hacia allá.
No digo nada y solo me lanzó a mi hermano envolviendo mis brazos a él, el ya estaba vestido con ropa similar a la que Abdel me dió a mí.
El me abraza con la misma intensidad y susurra algo a mi oído.
— Todo estará bien, Mítica — dice con decisión y me imagino que ya tiene un plan y que lo hizo mientras estaba en la ducha — aunque me cueste la vida y demás, estarás bien — da por terminado.
Siento un escalofrío y lo abrazo más fuerte.
***
—Iremos a la casa que ofreció Abdel, viajaremos en transporte público, cambiaremos nuestras apariencias, no al salir de acá, sino en la plaza. — me explica Jared. — no importa lo arriesgado que sea, no nos quedarnos acorralados — me mira fijo — ¿entendido? — me pregunta.
—Claro — asiento con la cabeza, estamos solos en la habitación así que me atrevo a preguntar — ¿y Abdel? ¿Y Estephany? — miro como desvía la mirada y siento el dolor recorrer en ellos.
— Tenemos que ser fuertes Mítica, no volveremos jamás a este lugar. Es mejor así. — dice antes de irse.
Yo sé perfectamente que seguiré viendo a Abdel o que al menos el irá a vernos por estar en una de sus casa fuera de el país.
Efectivamente nos vamos de Alemania para dirigir y empezar nuestra nueva vida a Londres. Discutimos acerca del lugar y quedamos como acuerdo en ese.
Suelto un gran suspiro el plan se llevará a cabo mañana domingo desde la mañana, así que será mejor que duerma ya.
Antes de cerrar mis ojos dispuesta a dormir, escucho que alguien toca la puerta y pienso que es Jared para decir alguna última cosa, así que dirijo paso y abro la puerta. En cuanto la abro de inmediato Abdel se abalanza a mis labios besandolos y no de forma tierna como otras veces lo hicimos. Siento el deseo en esos besos y lo veo a los ojos, tienen la pupila dilatada.
Y bueno, se podría decir que nos hemos estado guardando las ganas de sentirnos y no con ropa. Siento como entre el beso su mano viaja a mis caderas y da masajes a mi cintura con la otra.
En todo el cuerpo siento la correntada y mi cuerpo empieza a reaccionar de forma hormonal, siento el calor en mis mejillas y solo puedo pensar en que quiero más.
Intensifico el beso tomándolo del rostro, nos separamos unos segundos para poder respirar, siento mis labios arder por las mordidas que ha dejado y los de él están un poco hinchados.
Siento como va despojandome de camisa que tapaba mi pequeño cuerpo y sus manos están frías al momento de ponerlas en mi cintura desnuda.
El se hace un poco para atrás cerrando la puerta, me observa y siento un poco de pena que me vea así, en unos shorts cortos y en sostén, el recorre cada parte de mi cuerpo y se acerca de nuevo para dejar otro beso.
Esta vez soy yo quien se mueve y se deshace de su camisa, observo un par de segundos su pecho con pecas como en su rostro y el color cremoso de su piel. Paso mis manos por su pecho, dejando mis manos curiosas en la entrada de su zona V. El cierra los ojos fuerte y suelta un suspiro que me hace desatar mi imaginación.
Me va dirigiendo a la cama y quedo sentada el se acuesta al lado mío.
Y definitivamente no me quedaré quiera y me subo a cuclillas a él. El levanta su cabeza y me observa recostando sus hombros a la cama.
Entonces me dirijo a él para seguir besandolo pero me detiene y habla con la voz más ronca de lo común.
— Alto, yo quiero el control— me dice y posa un dedo en mi boca, enbobada lo chupo y meto a mi boca, eso hace que el suelte un gruñido.
Entonces me sostiene la cintura y posa sus manos hacia atrás para poder quitar mi sostén color blanco.
Cierto mis ojos llevando mi cabeza hacia atrás cuando siento el tacto de sus dedos en mis pechos, tocan mis pezones y el resto de ellos.
Me muerdo el labio de abajo cuando el empieza a moverse por abajo, ambos tenemos prendas aún ahí, pero estoy segura que tengo mojada las bragas.
Y en esa noche el cuerpo de Abdel y el mío se fusionaron en uno solo.
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LOS RIVERA
General FictionA veces las cosas suceden sin siquiera saber que pasarán y esto es lo inesperado de la vida. A veces da giros con los que sientes que vomitarás Y nada es lo que parece.