Cap. 35.- Confrontación

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Wei Ying miró la larga escalera de la torre Koi, para después dirigir su mirada a Mo XuanYu.

—¿Estás seguro de esto? —preguntó.

Mo XuanYu asintió, resuelto. El miedo antiguo que había sentido por este lugar se había acabado, y ya no temía devolver los golpes que cualquiera de los Jin pudieran darle. Además, la razón que lo había traído a este sitio era muy poderosa, por lo que no había razón para temer. Ambos jóvenes emprendieron el camino hacia la cumbre, el sitio donde justo en ese momento se llevaba a cabo una reunión.

—Entonces, Ciudad sin Noche y los territorios cercanos a Qinghe serán de la secta Nie —dijo Jin GuangShan, a lo que Nie MingJue asintió sin decir nada—. El camino Qionqi y sus aledaños serán para mi secta, mientras que Yiling...

El resto de la frase se perdió cuando la puerta se abrió violentamente. Ante la mirada sorprendida de todos los presentes, Wei Ying y Mo XuanYu cruzaron la estancia; deteniéndose hasta situarse frente a Jin GuangShan, que los observó con una mezcla de curiosidad y fastidio.

—¿Dónde están los remanentes Wen? —preguntó Wei Ying antes de que nadie dijera nada más.

—Me temo que no sé de qué está hablando...

—No digas tonterías —intervino Mo XuanYu con una furia inusitada.

Jin GuangShan quiso fingir demencia al respecto, pero Mo XuanYu no se lo permitió.

—Todos eran mujeres, ancianos y niños, gente que no tiene nociones de pelea— dijo—. ¿Ibas a convertirlos en tus sirvientes, como a mí? ¿En tus esclavos? ¿En tus chivos expiatorios?

La gente alrededor comenzó a susurrar entre sí. Wei Ying aprovechó la oportunidad para intervenir, dispuesto a obtener respuestas.

—Dime dónde están, basura inútil. ¡Habla de una vez!

—Bueno, si está dispuesto a hacer un intercambio... —tanteó Jin GuangShan—. Creo, maestro Wei, que lo que pide es intercambiable por el sello del Tigre Estigio. Alguien podría quitárselo y darle un mal uso...

Wei Ying se echó a reír, llevando una mano a su manga.

—¿El sello de Tigre Estigio? —inquirió sacando un par de trozos magullados e inservibles—. ¿Se refiere a este sello?

Todos los presentes lanzaron similares exclamaciones de sorpresa y decepción al ver el sello destruido. Wei Ying, Xue Yang y Mo XuanYu habían creado ese sello con sus esfuerzos conjuntos, con el único objetivo de destruir a los Wen; una vez cumplido ese objetivo, decidieron destruirlo con el mismo esfuerzo que les tomó crearlo.

—Se lo dejo. Buena suerte tratando de reconstruirlo —se burló Wei Ying, mientras él y Mo XuanYu salían del lugar.

Fuera del lugar, Xue Yang esperaba, rodeando los hombros de Wen Qing con un gesto protector. El instinto asesino que le gritaba ir y destruir Lanling Jin había desaparecido al ver el estado tan frágil de la mujer que amaba, volviendo su prioridad quedarse a su lado y protegerla. Bai Qing se acercó a ellos en el momento mismo que Wei Ying y Mo XuanYu salían de la torre. La confrontación con Jin GuangShan había sido una fachada: mientras la atención del mundo estaba en ellos, Bai Qing se había infiltrado en la torre Koi y había averiguado lo que necesitaban.

—¿A dónde vamos ahora? —preguntó Xue Yang.

—Al camino Qionqi —dijo Bai Qing—. Todos los prisioneros están allí. Señorita Wen, ¿está segura de no llamar a Shifu?

Wen Qing, desconsolada, asintió con resolución.

—Mi Wen-baba es peligroso cuando se enoja verdaderamente, y eso terminaría por causarle más problemas a todos. Solo quiero recuperar a los míos...

Una segunda oportunidadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora