Capítulo 6

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Liam Sanders

Luego del mes más largo de mi vida, de despertar temprano cada mañana por ir a clase, dormirme tarde por esperara Ky a que salga de trabajar para poder pasar tiempo juntos; poco tiempo pero de buena calidad. Además entrenar con Sony todas las tardes luego de clase era agotador, increíble pero quedo exhausto cada vez.

Me levanté decidido a convencer al entrenador de hockey a que me deje probarme para estar en el equipo aunque las pruebas hayan concluido. En el desayuno Sony me vio comiendo solo así que sentó frente a mí en la mesa.

—¿Listo para hoy?

—Espero que sí, o pediré reembolso por mis clases. —bromeé con ella.

—Soy lo suficiente mente genial como para no haberte cobrado un solo centavo.

—Gracias por eso, no hubiese avanzado tanto sin tu ayuda.

—Lo hiciste por ti, eres determinado. Si no fue por la dedicación que tienes por lo que quieres no hubieras avanzado ni una quinta parte. En eso nos parecemos. —me sonrió coqueta —Ya me tengo que ir guapo. —se levantó de la silla —Come bien, necesitarás energía. —se fue dejándome terminar mi desayuno.

Fui a clases y a la hora del almuerzo me encontré con Kyle en la biblioteca, ambos estábamos atrasado con las lecturas de nuestras clases, el entrenar, el que ella trabaje y el pasar el tiempo nos acorta mucho el tiempo de hacer todo. ¿Qué mejor forma de aprovecharlo que como inició todo? Ella y yo estudiando juntos, como cuando comenzamos.

Entré a la biblioteca y busqué a Ky por las mesas pero no estaba por ninguna, recorrí los pasillos hasta que la vi en una esquina sentada con varios libros. Ella estaba dormida así que me senté a su lado, se despertó pero aún se veía cansada. Toqué su mejilla y empujé suavemente su cabeza para que se apoye en mi hombro así podía seguir descansando.

—Duerme.

—Pero ... 

—Shh ... solo descansa. —ella cerró los ojos.

Me quedé leyendo con Kyle babeando mi hombro pero con una sonrisa en el rostro.

Kyle Young

Desperté con los gritos de Dakota gritando como si estuviera en una maldita película de terror, salí disparada a la sala y la vi de pie en el sillón.

—¿¡Qué rayos te sucede!?

—¡Una rata!

En un grito igual de alto salté a su lado subiéndome con ella. Tocaron la puerta desesperadamente desde afuera, eran Caleb preocupado por nosotras. Con toda la valentía de mi cuerpo salté y corrí a la puerta para abrirle.

—¿¡Están bien!? —antes de responder volví a terreno alto.

—Una rata. —él se fue sin decir nada dejándonos solas.

—¿¡A dónde rayos vas!? ¡Ayúdanos! —exclamó Dakota aterrada.

Caleb llegó un minuto después con una caja de cartón y una escoba. Entró y cerró la puerta detrás de él.

—¿Vas a matarla? —pregunté.

—¡Maldita sea Kyle! ¡No te hagas la defensora de animales justo ahora! —me gritaba mi prima.

—No voy a matarla, la guiaré hasta la caja y la sacaré a la calle. —explicó él.

Vi a Caleb ir de un lado a otro siguiendo algo ya que de primera mano no la había visto, estuvimos varios minutos. Dakota no paraba de gritar y llego un punto en que ya no soportamos.

Seamos mariposas 2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora