Capítulo 5

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Kyle Young

Llegábamos a la escuela, Liam no se había separado de mí desde lo que pasó ayer por la tarde, Dakota lo obligó a ir a sus clases o no se apartaría hasta que me viera de mejor humor. ¿Pero como estarlo luego de llevarme tremenda desilusión? Quería y necesitaba ese trabajo.

—Vamos Liam, vete. Yo me quedaré con ella, ve a clases. —dijo ella.

—Me llamas si tiene un ataque de pánico o lo que sea, que el infeliz no se le acerque. —le respondió.

—¿Pueden dejar de hablar como si me estuviera por desmoronar con solo verlo? No estoy triste, ni voy a tener un ataque de pánico. Lo que estoy es furiosa, tengo ganas de gritarle en su vieja y estúpida cara.

Fuimos a clases, tuvimos dos clases y la tercera era del profesor Perry. Él dio su clase como si ni siquiera estuviera en su panorama de visión, en sus charlas era muy participativa pero hoy no emití palabra, me daba asco y tanto enojo el verlo. Al terminar su clase debía acercarme a él pero no pude, solo salí del salón y creo que fue lo mejor que pude haber hecho ya que lo que vi valió tanto la pena.

Al salir del edificio los profesores estacionan sus autos en la puerta en un espacio asignados especialmente para ellos. El auto del profesor Perry estaba vandalizado, vidrios rotos, papel higiénico y pintura roja que escribía en letras enormes y poco disimuladas "Maldito pervertido".

Sonreía divirtiéndome porque el karma actuara, el salió y comenzó a maldecir. Todos a los alrededores veían la increíble escena, sacaban fotos y grababan. Él me vio entre la multitud y vino directamente hacia mí.

—¿¡Qué rayos hiciste!?

—¿Yo? —pregunté divertida —Nada.

—¿Crees que soy estúpido? No es confidencia que luego de lo de anoche mi auto esté vandalizado.

—Seguramente sea de alguna de las otras alumnas que intentó "apoyar".

—Haré de tu vida un infierno perra.

—Me pregunto cómo. —saqué un papel de mi bolso —Este es un certificado que me da de baja de su clase. —se lo di y prácticamente lo arrancó de mi mano —Suerte explicándole esto a los directivos del campus el mensajito de su auto, profesor.

El odio entre nuestras mirada se cruzó y seguí caminando, estaba extasiada de felicidad porque le dieran su merecido. Fui a almorzar con Liam, Todd y Dakota, fui la última de ellos en llegar. Hablaban sobre lo que pasó, veían los videos de como perdió el control y comenzó a mandar todo al mismo infierno.

Me senté junto a Dakota y los tres me vieron como si estuviera loca.

—¿Qué?

—¿Cómo que qué? —preguntó mi prima sin comprender porqué estaba tan tranquila.

—¿Fuiste tú? —preguntó Todd.

—¿Qué? No.

—¿Entones por qué tienes una sonrisa tan maliciosa? —agregó ella.

—Disfruto del karma. —tomé un sorbo de su batido y me siguieron viendo —Que yo no fui.

—De acuerdo, de acuerdo. —se calmaron los dos metiches.

Mi novio no había dicho nada más que unas miradas a la conversación que tenía con los otros dos, se veía feliz.

—¿No me crees?

—No, si lo hago.

—¿Entonces por que sonríes?

—Me alegra que alguien le diera su merecido.

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