Capítulo 26

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Kyle Young

Desperté y Liam ya no estaba, por unos minutos me sentí como aventura de una noche. De esas de las que te avergüenzas al día siguiente.

Cuando me vestí con una camiseta enorme que fue regalo de Liam, una que no estuve utilizando seguido por pena de tenerle que explicar a Caleb de donde la había sacado, fui a la cocina a desayunar.

Dakota miraba televisión y comía sobrante de pastel de cumpleaños en el sofá. Ninguna dijo nada ya que seguíamos enfadadas, bueno ella lo estaba.

—¿Limpiaste? —pregunté al no ver el desastre de ayer.

Ella solo me vio seria y no me dirigió la palabra, de igual forma lo tomé como un no. Había sido Liam quien a pesar de mi insistencia quiso hacer lo que le venía en gana.

Me hice mi taza de café y fui a mi habitación ya que era incómodo desayunar con la cara de te odio de Dakota sobre mí.

Como mi escritorio estaba repleto de cosas me senté en la cama. Dejé la taza en mi mesa de noche luego de un sorbo. Pasé mis manos por las sábanas recordando el reencuentro de anoche.

Recosté mi cuerpo. Aún sentía a Liam pasar por él, como estuvo arriba, abajo, por adentro y por afuera de mí. No tenía ropa interior, deslicé mi mano por mi muslo hasta llegar a tocarme sola. Lo único que pasaba por mi cabeza era en lo mucho que disfruté anoche.

Abrí mis piernas para estar más cómoda, una seguía apoyada en el suelo pero la izquierda la acomodé en la cama junto a una almohada. Podía sentir como si su mano aún siguiese tocándome, tocaba mis pechos estimulando el placer que seguía en mi cuerpo. Se sentía tan bien que solté un gemido libremente sin antes pensar en que Dakota estaba en la sala desayunando y que nuestras paredes son prácticamente de papel. Me tapé la boca inmediatamente y dejé todo para ir a ducharme así enfriar cada parte de mí.

Con mi pequeño momento de lujuria perdí algo de tiempo así que me duché, cambie y fui al trabajo. Sí, estaba yendo de día. Con mi ruptura con Caleb tomé la decisión de pasarme al turno diurno para no vernos, sí la paga es peor pero lo valía ya que me dolió la forma en la que terminamos tan repentinamente ya que pensaba que estábamos bien y ni siquiera nos dio la oportunidad de ver si podíamos superar nuestro primer obstáculo como pareja.

Llegué al bar con una sonrisa pero me quedé en blanco al verlo tan tranquilo limpiando la barra. Dejé caer mi bolso de la sorpresa que me llevé haciendo que me viese, no tenía la misma cara que la que yo poseía.

—¿Qué haces aquí?

—Ambar está enferma, me pidió cubrirla.

—¿Y tenías que ser tú el caballero de brillante armadura? —se vio a sí mismo y el delantal que tenía —Sabes de lo que hablo. —sonrió.

—Sé que querías evitarme pero no tuve opción, se lo debía de ... —se calló de repente.

—¿De qué?

—De la noche que rompimos.

—Iré a dejar mis cosas. —lo vi sin expresión alguna aunque eso sí dolió, el recordarlo fue lo que dolió.

—Ky ... —dijo mientras pasaba a su lado, tocó mi mano haciendo que sienta un cosquilleo.

—¡No! —soné más molesta de lo que estaba —Tú terminaste lo nuestro, acepta lo que hiciste.

Me metí al cuarto del personal y dejé mi bolso. Lágrimas cayeron por mis ojos, no estaba molesta sino que con el corazón roto. Pude desahogarme tranquila ya que aún no habían llegado el resto.

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