Capítulo 16

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- La vida de un shinobi se basa en su utilidad, ¿Lo entienden, verdad?. - Regañó una mujer de cabello oscuro, mientras sostenía un fuete en las manos.

- Lo entiendo. - Susurraron un par de niños pequeños, quienes tenían el cuerpo lleno de heridas, sin embargo, escuchaban atentamente sin soltar una sola lágrima, arrodillados frente a la mujer.

- Estamos en guerra, ahora más que nunca deben demostrar su utilidad, y así debe ser hasta que mueran, ¿Lo entienden, verdad?. - Cuestionó, a lo que los pequeños asintieron nuevamente.

- Lo entiendo. - Contestaron con tranquilidad a pesar de que estaban muertos de miedo debido a esa imponente mujer.

- La fuerza que adquieran, y sus jutsus son lo más valioso que tendrán. - Explicó ya con más tranquilidad, sin embargo, ese par sabía que no debían relajarse ante ella. - Oigan, mírenme. - Llamó, a lo que ambos obedecieron al instante, levantando la mirada con temor.

La mujer miró hacia los ojos de esos niños, sintiendo una total satisfacción al saber que tenía el control total sobre ellos, enalteciéndose por haberlos hecho tan obedientes en muy poco tiempo.

- Saben que lo que estoy haciendo, es porque los amo, ¿Verdad?. - Preguntó con una sonrisa, sin embargo, aún sostenía ese fuete con fuerza.

Ambos niños asintieron, sin embargo, el niño mayor no pudo evitar apretar los labios con molestia, desviando la vista en señal de indignación sin tratar de ser discreto, provocando la ira de esa mujer al instante.

- ¿Cómo te atreves a apartar la mirada?. - Preguntó furiosa, lanzando un golpe hacia el rostro de ese niño de cabello corto y rizado.

El pequeño apretó los dientes, mientras se llevaba una mano al rostro debido al dolor, comenzando a soltar unas cuantas lágrimas de ira.

- ¿Cómo te atreves a decir que esto es amor?. - Preguntó sin temor echándole una mirada retadora. - Acabas de lastimar nuestros cuerpos con eso que tienes en las manos... ¿Y aún así te atreves a sonreírnos?. - Reclamó aún sin poder levantarse debido a las heridas que tenía en las piernas y brazos.

- Niño insolente... soy tu familia, ¿Cómo te atreves a ser tan malagradecido?. - Preguntó lanzándole otro golpe con más fuerza, esta vez en la espalda con intención de que pegase la frente al piso.

El niño mayor se mantuvo firme a pesar del dolor, mirando directamente a esa mujer a los ojos, como un acto de rebeldía, para demostrar que no le tenía miedo.

- Tú no eres mi familia, esta casa no es más que una farsa, nosotros jamás te importamos, y tú no eres más qué una... - Exclamaba con valor, sin embargo, se detuvo al mirar como esa mujer apuntó hacia el niño menor con ese fuete.

- Una palabra más y él sufrirá las consecuencias. - Advirtió con malicia, provocando que el valiente niño comenzara a flaquear.

- Él no tiene nada que ver, él no-. - Explicaba con temor, sin embargo, nuevamente fue interrumpido, debido a que la mujer soltó un golpe hacia la espalda del niño menor, haciéndolo perder el aliento un segundo. - ¡Oye-. - Reclamó el mayor al presenciar tan cruel escena, mirando con aún más resentimiento a esa mujer.

- Dije que guardaras silencio. - Explicó, amenazando con golpear nuevamente al niño menor, quién aguantaba la respiración tratando de no sollozar para no hacer enfadar más a esa mujer. - Aún cuando te he dado un techo y comida, te atreves a retarme, no puedo creerlo. - Regañó, a lo que el niño mayor apretó los puños, controlando su lengua para no refutar nada.

La mujer y el niño mayor se miraron fijamente, como dejándose saber lo mucho que se odiaban, sin embargo, el niño terminó por agachar la mirada ante esa cruel mujer.

Clandestino: La Verdadera Historia Ninja | Hashimada, Tobiizu, Narusasu, Shiita+Donde viven las historias. Descúbrelo ahora