Capítulo 17

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Todo a su alrededor se desintegraba apenas lo tocaba, horribles recuerdos rondaban por su mente, y todo su cuerpo dolía debido a sus heridas.

- No... no es mi intención... lo juro... no lo es. - Sollozó el pequeño Kagami, de ya diez años, escondiéndose dentro de un árbol, como intentando ocultar también esos pensamientos que lo acusaban. - Desaparece... desaparece... desaparece... - Suplicó entre susurros, encogiendo sus piernas, dejando pequeños golpecitos en su cabeza en señal de desesperación.

De pronto, enmedio de ese delirio, unos bellos ojos grises llegaron a su mente, tranquilizando su agitado corazón, extinguiendo esos pensamientos, que lo asfixiaban peor que el fuego, ayudandolo a respirar nuevamente, sintiendose tranquilo, reemplazando los pequeños golpes en su cabeza por unas suaves caricias, abriendo los ojos al fin, notando hasta ese momento que, el árbol donde se ocultaba también se había desintegrado.

- Lo lamento. - Se disculpó con sinceridad, acariciando el fino polvo que quedaba en el piso. - Eras un árbol hermoso, no merecías un final así, en verdad lo lamento. - Susurró, temiendo por lo horrible que podía llegar a ser ese poder.

- Que niño tan lindo... - Halagó una voz femenina, provocando que Kagami sollozara temeroso, ocultándose a gatas tras unos arbustos de inmediato.

Kagami azomó los ojos, sintiendo un escalofrío recorrer su cuerpo, al conectar con la mirada de esa persona, quien parecía ser una mujer, llenándose de adrenalina, listo para huir, o en su defecto, atacar.

- Tranquilo, no tienes que esconderte. - Explicó suave, acercandose lentamente a ese pequeño niño rizado, tratando de no parecer amenazante.

- No se acerque, por favor... - Suplicó, con la voz levemente entrecortada. - No se acer-. - Sollozó, ya que, justo en ese momento, los arbustos donde trataba de ocultarse se desintegraron también, dejándolo totalmente desprotegido.

Kagami se puso en guardia por mero instinto, como si fuera una pequeña fiera aferrándose a la vida, lo cual llamó aún más la atención de esa persona que lo observaba, quien quedó fascinada ante esa reacción tan pronta.

~ Se nota que tiene entrenamiento... y uno muy bueno. - Se dijo en la mente, inhalando para tratar de hablar con voz dulce, y no asustar al menor.

- Calma, no voy a hacerte daño. - Explicó, al notar que el menor buscaba con la mirada rutas de escape, pero, también estaba preparado por sí llegaba a atacarlo.

~ Solo está asustado, pero... aunque su intención no es atacarme, sus ojos me dicen que está dispuesto a matarme si hago un movimiento en falso. - Se dijo en la mente, notando que Kagami seguía en guardia, lo cual le provocó aún más curiosidad.

Kagami pudo notar que, los ojos de esa persona no lo miraban con miedo, ni tampoco con molestia, por lo que se relajó un poco, pero sin bajar la guardia.

- No... no fué a propósito. - Se justificó debido al árbol, a lo que esa persona asintió con una pequeña sonrisa.

- Tranquilo... yo te creo. - Explicó, acercandose con sigilo, procediendo a agacharse lentamente para quedar a la altura del menor, quien se encogió de hombros de inmediato, con cierto temor.

~ Debe haber sufrido mucho. - Habló en la mente, notando las marcas que teía el niño por el cuerpo. ~ Es perfecto... - Pensó, echándole una tierna mirada después.

- Dime, ¿Cuál es tu nombre?. - Preguntó el mayor, a lo que Kagami sollozó, tragando saliva, para poder contestar después de un fugaz titubeo.

- Kagami... Mi nombre es Kagami... - Explicó, a lo que la persona frente a él le sonrió, al percatarse del emblema que portaba el menor.

Clandestino: La Verdadera Historia Ninja | Hashimada, Tobiizu, Narusasu, Shiita+Donde viven las historias. Descúbrelo ahora