Capítulo 20 - Miradas en la Sombra

1 0 0
                                    

La alcoba envolvía a Isabella y Victoria mientras compartían un momento de complicidad y paz mientras sus sirvientas arreglaban sus cabellos y vestidos. A pesar de la atmósfera íntima, ambas princesas no podían ignorar las miradas furtivas y nerviosas que las sirvientas,especialmente Emily, Margaret y Anne, las cuales les lanzaban mientras trabajaban en silencio. Isabella apoyó su cabeza en el hombro de Victoria, sintiendo el nudo de incomodidad crecer en su interior.

– Victoria, ¿has notado cómo nos miran las sirvientas? Sus miradas son inquietantes, como si supieran algo que nosotras no.

Victoria, cuya atención también había sido atrapada por las miradas inquisitivas de las sirvientas, asintió con preocupación.

– Sí, Isabella, tienes razón. No puedo evitar sentir que algo no está bien.

A pesar de su inquietud, Isabella y Victoria continuaron conversando en voz baja, intentando ignorar las miradas indiscretas. Mientras las sirvientas Emily, Margaret y Anne continuaban con sus tareas, no podían evitar escuchar fragmentos de la conversación entre las princesas. Emily estaba atrapada en un dilema moral. Sabía que tenía información que podría cambiar el destino de Isabella y Victoria, entendía que revelar el secreto podría tener graves consecuencias, pero desde pequeña se le inculcó que lo que hacían las princesas era un pecado de los más abominables del mundo, Emily pensaba que si esto continuaba así el pecado consumiría el reino entero. Sus pensamientos se debatían entre la lealtad a las princesas, su preocupación por sus creencias y el reino de Lumaria.

La conversación de Isabella y Victoria continuó, a pesar de las miradas inquisitivas. Mientras se preparaban para salir de la alcoba, las sirvientas completaron los últimos retoques en los vestidos de las princesas. Emily, en silencio, miró a las otras dos sirvientas, Margaret y Anne, y compartió una mirada cargada de significado. Sabían que algo debía hacerse, pero las palabras aún no se habían pronunciado. Isabella y Victoria se pusieron de pie y se dirigieron hacia la puerta. A medida que se acercaban al umbral, Emily sintió que el tiempo se agotaba. Finalmente, reunió el coraje para hablar, pero lo hizo en voz baja, lo suficientemente bajo como para que solo Margaret y Anne pudieran escuchar.

– Creo que ha llegado el momento de que alguien más se entere de esto. – susurró Emily con un tono sombrío. – No podemos dejar que esto continúe. Las cosas deben cambiar.

Margaret y Anne intercambiaron miradas inquietas. Aunque compartían las preocupaciones de Emily, también eran conscientes de las implicaciones de revelar el secreto de las princesas. La lealtad a su reino y a las personas que servían pesaba sobre sus hombros. A medida que Isabella y Victoria abandonaban la alcoba, las miradas inquietantes de las sirvientas persistieron. El dilema que enfrentaban las tres mujeres crecía con cada minuto que pasaba. El secreto de Isabella y Victoria pendía en un delicado equilibrio, y el castillo de Lumaria estaba a punto de enfrentar cambios que cambiarían el destino de todos.

El rumor silencioso y las intrigas ocultas se extendían por los pasillos del castillo, tejiendo una tela de incertidumbre que envolvía a todos, desde las sirvientas hasta los miembros de la realeza. La tensión en el castillo de Lumaria aumentaba con cada día que pasaba. Mientras Isabella y Victoria caminaban por los pasillos del palacio, las miradas furtivas de las sirvientas y los rumores crecientes creaban un ambiente opresivo. Las princesas podían sentir el peso de las sospechas en el aire, como una tormenta que se avecina. El destino de Isabella y Victoria, así como el destino de todo el reino de Lumaria, pendía en la balanza. En el corazón del castillo, secretos y pasiones prohibidas se entrelazaban en un nudo apretado que amenazaba con desentrañarse en cualquier momento. El castillo estaba a punto de enfrentar cambios profundos, y nadie podía predecir con certeza cuál sería el resultado de esta creciente intriga.

Coronas entrelazadasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora