Capítulo 21 - Las Sombras de la Intriga

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En las sombras del castillo, las palabras susurradas y los secretos ocultos comenzaron a cobrar vida propia. La tensión que rodeaba a Isabella y Victoria había alcanzado un punto de ebullición. Cada conversación en los pasillos, cada mirada furtiva, alimentaba la creciente intriga que amenazaba con desmoronar la fachada de normalidad que el castillo intentaba mantener. Emily, Margaret y Anne, las sirvientas que habían sido testigos de la relación prohibida entre las princesas, vivían en un estado constante de ansiedad. Tenían lealtad a las princesas, pero también se sentían atadas por un deber hacia el reino que las albergaba. El peso de su conocimiento compartido se hacía más insoportable con cada día que pasaba.

Por otro lado, Isabella y Victoria, a pesar de las miradas incriminatorias y las conversaciones interrumpidas cuando entraban en una habitación, intentaban seguir adelante con sus vidas. Continuaban cumpliendo con sus deberes reales y compromisos públicos. Una tarde, mientras Isabella y Victoria paseaban por los hermosos jardines del castillo, se encontraron con una escena sorprendente. Un grupo de sirvientas, incluyendo a Emily, estaba reunido en un rincón, hablando en voz baja y mirando hacia ellas con expresiones que no podían pasarse por alto. La conversación se detuvo abruptamente cuando las princesas se acercaron, pero la tensión en el aire era palpable.

Isabella y Victoria intercambiaron miradas nerviosas, pero decidieron no abordar la situación en ese momento. En lugar de eso, continuaron caminando, aunque el peso de las miradas persistentes de las sirvientas era difícil de ignorar. Esa noche, en la privacidad de sus habitaciones, Isabella y Victoria finalmente hablaron sobre lo que habían presenciado en el jardín.

– ¿Crees que saben algo? – preguntó Isabella, su voz llena de preocupación.

Victoria suspiró profundamente.

– No lo sé, pero las miradas que nos han estado lanzando son inquietantes. No podemos seguir ignorando esto, Isabella. Necesitamos averiguar qué saben y cuánto peligro representa para nosotros y para el reino.

Isabella asintió con tristeza. Sabía que Victoria tenía razón. La sombra de la intriga se cernía sobre ellas, y no podían permitirse ser pasivas frente a ella. Decidieron que al día siguiente buscarían respuestas, enfrentando el enigma que las envolvía y determinando si su amor secreto estaba en peligro de ser revelado al mundo. Mientras tanto, en el castillo de Lumaria, las mentes y corazones de sus habitantes estaban llenos de preguntas sin respuesta y misterios sin resolver. El destino de todos, desde las sirvientas que guardaban silencio hasta las princesas que amaban en secreto, estaba entrelazado en una danza peligrosa en la que la verdad finalmente tendría que ser desvelada.

Coronas entrelazadasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora