Entre Canela y Pino

Prólogo

Las almas destinadas son un mito en la actual sociedad.

Escuchar decir a un joven las palabras "alma destinada" es motivo de burlas y miradas divertidas. Entre los adultos, cuando escuchan esas palabras solo suspiran, le quitan importancia y siguen con la conversación. Nadie cree en eso, hay mucha infelicidad en el mundo, muchas parejas unidas por obligación, uniones por accidentes en un celo, personas que simplemente no creen en el amor y se resignan a una vida solitaria.

Sinceramente, Kuroo Tetsuru piensa como las últimas personas.

Mientras en el otro lado de la moneda, están aquellos que buscan creer, buscan amar, buscan ser amados y buscan esa felicidad o a su alma destinada. Los que han tenido la oportunidad de encontrar a la suya son una pareja completa y feliz, en la mayoría de los casos.
Todos pueden notar la diferencia entre un destinado y una persona más, por eso hay quienes creen y se ilusionan con encontrar esa felicidad.

En este caso, Kenma Kozume forma parte de ese grupo.

Kuroo ha tenido horribles experiencias en el amor, por lo que ya se resignó a la soledad y lo prefiere así. Le dedica tiempo al deporte que le gusta, a su familia, a sus amigos y a los estudios. Pero Kuroo no puede negar que, muy dentro de él... Desearía que no fuera así, pero el temor de ser lastimado sigue amarrando sus sentimientos y creando enormes murallas para los demás.

Kenma tiene horribles experiencias en su vida en general. Sus padres lo desprecian, su mejor amigo vive lejos, lo molestan en la escuela y se siente deprimido con su realidad. Es una persona muy inteligente y que entiende en la situación que está. También sabe que salir de ella por sí mismo le está costando demasiado y siente rendirse en cada fuerte pelea. Pero Kenma desea un cambio... Tiene mucho miedo de dar los primeros pasos fuera del arenero, pero debe y tiene que hacerlo.
Él necesita hacerlo.

Porque ama vivir a pesar de todo, y desea sentir su corazón latir como con cada victoria que logra en un videojuego, como cuando ve un gatito en la calle o como cuando ve en las películas a los protagonistas amarse, ser felices y aceptados. Kenma solo desea eso... Algo tan básico para una persona, a él le hace falta. Kenma solo quiere amor en su vida.

Lo que Kuroo y Kenma tienen en común, es que sus corazones son luchadores y palpitan al unísono sin darse cuenta. Lo que uno busca, el otro lo tiene y lo que el otro tiene, uno lo busca.

Son almas destinadas.

Tan enfocados en sus miedos que no han alzado la mirada para encontrarse, cuando están a metros de distancia. Solo una mirada es suficiente.

Por eso, aquel partido de voleibol culminando en la victoria para la preparatoria Nekoma, fue interrumpida la celebración cuando un estruendo y unas bochornosas risas sonaron en el lugar llamando la atención de todos.

Un omega lleno de pintura se encuentra parado en la entrada del gimnasio con la mirada gacha, sintiendo su cuerpo temblar por el frío del líquido y por la ansiedad de la enorme cantidad de ojos que lo observan y ríen.

Él ahora entendió toda la incomodidad que sintió durante la tarde... Claro que iba a ser un tipo de broma, pensó. Pero nunca imaginó que de ese nivel.

"Estoy cansado de esto"

El omega apretando sus manos llenas de la pintura blanca. Con mucho miedo alzó la mirada para efectivamente observar a todos riéndose de él. Su vista viajó por todo el lugar con terror hasta que se sobresaltó al captar una mirada en específico, sintiendo su corazón dar un brinco.

El alfa que celebrabá la victoria se detuvo junto a su equipo para acercarse a investigar todo el alboroto, cuando se topó con la imagen de un omega lleno de pintura en la entrada del gimnasio. Se sintió mal y molesto. Odia esas situaciones, no imagina lo mal que debe sentirse ese chico en estos momentos.

Y si, las sospechas de la condición del chico fueron acertadas cuando alzó la mirada con notable terror observando las risas y miradas en él, pero cuando se topó con sus ojos sintió un brinco muy extraño en su pecho, al parecer el omega también lo sintió porque saltó un poco en su lugar asustado y se dio vuelta para salir corriendo del gimnasio.

- Ya basta - regañó el entrenador Nekomata a los cinco chicos que parecían haber sido los culpables - Ustedes a la dirección, de inmediato. ¡Los demás! ¡Todos a sus asientos, Aquí no hay nada que ver!

Los chicos refunfuñando salieron del gimnasio, pero el alfa se mantuvo de pie aún observando la entrada por la que el omega se fue corriendo.

"¿Estará bien? ¿A dónde se fue? ¿Qué fue eso?"

Pensaba el alfa con un extraño y nuevo sentimiento pinchando en su pecho. Sus compañeros de equipo rápidamente lo sacaron de sus pensamientos y jalaron de regreso a la celebración.

Se han encontrado. Kuroo y Kenma iniciarán su camino.

Las almas destinadas ya no son un mito.

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¡¡¡Buenas!!! ¡¡NUEVA HISTORIA!! ¡Mucho más corta que Operación Omega, pero que disfruté muchísimo escribiendo! Espero les encante, igual que con mi anterior historia, ya está finalizada en cuanto escritura, ¡pero subiré los capítulos entre semanas y findes! Nos leemos, cuídense muchooo