En las sombras de mi alma yace un lamento, Un amor no correspondido, un desaliento. Tus ojos, como estrellas, me guiaron al abismo, Donde mi corazón se perdió en el abismo.
Con cada palabra que pronunciabas dulcemente, Mi corazón esperanzado latía fervorosamente. Y comprendí que no eras para mí.
Pero la cruel realidad se alzó ante mí,
Cada promesa que entre susurros susurraste, Se desvaneció como el humo que se aleja y escapa. Mis sueños se desmoronan, mis lágrimas se desbordan, Y mi corazón roto, en pedazos, se desordena.
¿Por qué, oh destino implacable, me has jugado esta jugada? ¿Por qué me hiciste amarla, si en sus brazos no hay nada? Soy solo un espectador en este triste acto, Donde el amor es efímero y el dolor, en contacto.
Me despido de ti, amor mío, con el corazón en ruinas, Pero te llevo en mi alma, aunque duela hasta la cúspide. Te quiero tanto, pero no puedo tenerte a mi lado, Y ahora mi corazón, en llanto, está sumergido.
El eco de tus risas se desvanece en el viento, Mientras mi tristeza se convierte en mi único aliento. Me despido de ti, mi amor, con el corazón hecho añicos, Y aunque duela, debo aceptar que no eras para mí.
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lo que piensa mi alma
De TodoUn alma sin forma alguna la cual se enamora de su mísera existencia