Esa sensación de estar solo y tranquilo en la oscuridad, mirando las estrellas, es un regalo de la noche que guarda sus misterios.
Cuando la oscuridad se extiende, y el ruido del día se desvanece, las estrellas emergen, como joyas brillantes en el cielo. Me cautivan con su belleza, y mi corazón se enamora de ellas cada vez que las contemplo.
Es en el anochecer cuando encuentro la paz y la serenidad que tanto anhelo. Bajo el manto estrellado, mis pensamientos se aquietan, y mi alma encuentra refugio en la belleza silenciosa del cielo nocturno.
Las estrellas se convierten en confidentes de mis sueños y deseos más profundos, como si estuvieran dispuestas a escuchar cada suspiro de mi corazón.
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lo que piensa mi alma
RastgeleUn alma sin forma alguna la cual se enamora de su mísera existencia